El teatro pierde a Miguel Narros
GARA | MADRID
El teatro perdió ayer a uno de sus grandes maestros, el director de escena Miguel Narros, fallecido en un hospital madrileño a los 84 años, de los que dedicó casi sesenta a una profesión que ejerció hasta sus últimos días. Amante de los clásicos y de Federico García Lorca, dedicó sus últimos meses a los ensayos de «La dama duende» y a la gira del montaje de uno de sus referentes en la escena, «Yerma», que el pasado mes de abril estrenó en el bilbaino teatro Arriaga. Con música del cantaor Enrique Morente, supo transmitir el espíritu esencialmente femenino de la obra del escritor granadino y «el llanto» por la frustrada maternidad.
«El Van Gogh del teatro». Así es cómo le definió recientemente la actriz principal de «Yerma», Silvia Marsó, que explicó cómo Narros iba dando cada día de los ensayos «pinceladas de color distintas». Nacido en Madrid el 7 de noviembre de 1928, ingresó por primera vez en el hospital hace quince días, pero se recuperó y salió para continuar con los ensayos de «La dama duende». Nada más estrenar, en el festival Clásicos de Alcalá (en la localidad madrileña de Alcalá de Henares), volvió a ingresar y murió de un paro cardiaco.
«La muerte le llegó dormido", explicó a Efe su viudo, Celestino Aranda, Celes, quien explicó que tanto desde el punto de vista humano como profesional si algo definía a Narros era su «humildad y su generosidad». Director del Teatro Español en dos ocasiones, Narros acumulaba una extensa e importante trayectoria, habiendo dirigido cerca de un centenar de montajes teatrales. Entre otros galardones, fue premio Nacional de Teatro en dos ocasiones), Chevalier de L'Ordre des Arts et des Lettres, premio Max de teatro, mejor dirección por «Panorama desde el puente» y Max de Honor en 2009. No le gustaba que le considerasen «maestro», porque era como situarle en la vejez y porque pensaba que el talante de la juventud es lo que le daba al teatro esos momentos «fecundos», en los que la «intuición puede más que la sabiduría».