Demostración de fuerza de los talibanes en Kabul en pleno diálogo con EEUU
Los talibanes lanzaron ayer un ataque contra el Palacio Presidencial de Kabul y dependencias de la CIA en la capital afgana que acabó con la vida de tres guardias y de, al menos, cuatro milicianos, en el primer asalto coordinado desde que se anunciara un diálogo con EEUU.
GARA | KABUL
Alrededor de las 6.30, hora local, cuatro milicianos trataron de acceder con documentos de identidad falsos al recinto de alta seguridad que alberga el Palacio Presidencial y el Ministerio de Defensa. El presidente afgano, Hamid Karzai, se encontraba en esos momentos en el Palacio Presidencial, donde tenía programada una conferencia de prensa a las 9.00. Según informó el portavoz de la Policía, Dawún Amín, los atacantes, que viajaban en un «Land Cruiser con acreditaciones falsas», fueron interceptados en un puesto de control «antes de que entrasen la Palacio. Uno de los kamikazes detonó sus explosivos, lo que causó la muerte de tres guardas de seguridad e hirió a otro más», precisó Amín.
Los otros tres insurgentes abrieron fuego contra las fuerzas de seguridad en una batalla que se alargó hora y media, y que acabó con la muerte de los talibanes.
En un posterior comunicado, aseguraron que su ataque tenía como objetivos el Palacio Presidencial, el Ministerio de Defensa y el hotel Ariana que, según denunciaron, es utilizado por la CIA estadounidense.
«Hay un gran número de mártires que están equipados con armas pesadas y ligeras y que han causado muchas bajas al enemigo», remarcaron.
El ataque coincidió con la visita del enviado especial de EEUU para Afganistán y Pakistán, James Dobbins, quien debía comparecer ayer junto con Karzai, acto que fue cancelado.
Por su parte, el embajador estadounidense en Afganistán, James Cunningham, condenó el ataque e instó a los talibanes a dialogar con Kabul sobre «sobre paz y reconciliación» en la oficina recientemente abierta en Qatar, cuya inauguración se produjo el mismo día que se inició el traspaso definitivo de la seguridad a las fuerzas locales.
Mientras la Casa Blanca dio la bienvenida a la apertura de esta sede, el Gobierno afgano suspendió las negociaciones de seguridad con Washington y amenazó con no participar en las conversaciones bajo la sospecha de que se le adjudique un papel secundario.
Karzai afirmó que no formará parte de ninguna negociación a menos que «el proceso de paz esté bajo control de los afganos» y pidió que los talibanes retirasen su bandera y una placa que rezaba «Emirato Islámico de Afganistán» de la oficina, a lo que accedieron.
Ocho mujeres, dos niños y un hombre de la misma familia murieron ayer cuando su vehículo fue alcanzado por un artefacto explosivo en la provincia de Kandahar.