Un día después de que el Gobierno francés anticipara que pospondrá la línea Burdeos-Hendaia del TAV al menos hasta 2030, el Gobierno de Lakua emitió una nota para remarcar que ello no cambia sus planes sobre la «Y vasca».

El mensaje de Lakua tiene como objetivo restar importancia al parón francés. Para ello argumenta primero que «la `Y vasca' va a ser positiva porque permitirá en un plazo medio de tiempo unirse a la red de ancho europeo en Hendaia sin necesidad de cambiar de tren». Añade que además, «en un futuro» -que define como «próximo»- se podrá «viajar en TGV directo, sin transbordo, desde Bilbao, Vitoria-Gasteiz y Donostia-San Sebastián hasta Burdeos y París». Y apostilla que en cualquier caso las mejoras en los trenes que anuncia París «permitirán reducir los tiempos de viaje y mejorar la capacidad de las líneas, lo que supondrá un nuevo paso positivo que redundará en beneficio de Euskadi». Así que considera positivo seguir con las obras en la CAV, «independientemente de la definitiva ejecución de líneas como la Burdeos-Hendaia».

Tan contradictorias explicaciones fueron abreviadas por el lehendakari, Iñigo Urkullu, en una entrevista a Radio Popular en la que defendió que el TAV «es bueno en sí mismo». Reformuló su discurso para quitar importancia al objetivo principal anterior, que era la conexión con Europa, para pasar a destacar que el TAV favorecerá la interconexión de las tres capitales de la CAV (no citó a Nafarroa).

No obstante, Urkullu también admitió que el TAV «debería a su vez comunicar con celeridad con el Estado español» y se quejó de que la decisión de París «incumple lo que son decisiones de la UE dentro de la red transeuropea». «No parece que el Gobierno francés entienda esto como prioritario», lamentó.

Por la paralización

Otros agentes vascos exigieron tanto a Lakua como a Iruñea la paralización de este macroproyecto tras las decisiones que van tomando Madrid y ahora París. Para el sindicato ELA, el aplazamiento derivado del informe Mobilite 21 «deja en suspenso» la conexión con Euskal Herria y sería «un sinsentido» continuar con la construcción en el sur ya que «el objetivo de un tren de alta velocidad es la conexión entre puntos de larga distancia».

«Sin embargo, los gobiernos vasco y navarro siguen en su huida hacia adelante con estas infraestructuras, cautivos de su obsesión por construir y desconectados de toda realidad», denuncia ELA.

Aralar ve claro que tanto la «Y vasca» como el «corredor navarro» del TAV «van de ningún sitio a ninguna parte». Reivindica que se puede «parar esta locura y ahorrar millones de euros».