La Asociación en Defensa del Patrimonio que está mostrando su oposición al derribo del teatro Bellas Artes de Donostia mostró su decepción, mediante un comunicado, tras la reunión mantenida ayer con el alcalde Juan Karlos Izagirre, y con el concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, en la que pedían que se otorgue un mayor grado de protección al edificio y así evitar su derribo con la finalidad de convertirlo en un hotel.

La asociación indicó que en la reunión trataron sobre el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (PEPPUC) -especialmente del Bellas Artes-, y sobre la respuesta del equipo de gobierno a los informes de Lakua, Diputación de Gipuzkoa y Colegio de Arquitectos, que le exigen su protección ante su previsto derribo. Según la nota, desde el Ayuntamiento han respondido con evasivas a pesar de que «11.000 ciudadanos» hayan votado a favor de conservar el edificio, además de varios entes culturales. El presidente de la asociación, Rafael García-Velilla, indicó en la nota que «deberían tomar medidas de carácter urgente» para subir el grado del edificio del D actual, al B, que otorgaría calidad de monumento y por lo tanto Lakua no podría derribarlo. Pidieron al Ayuntamiento que «si hace unos meses modificaron y rebajaron su protección, muy bien pueden hacer ahora lo contrario».

Según el comunicado, «el Gobierno Municipal y su equipo técnico son los principales responsables del futuro del Teatro Bellas Artes, al margen de la responsabilidad que tengan el resto de grupos políticos del Ayuntamiento que han votado a favor de su demolición», hasta que se demuestre lo contrario. García-Velilla también afirmó que el Ayuntamiento está en obligado a «velar por la integridad del patrimonio y actuar con la eficacia necesaria para asegurar a las generaciones presentes y futuras la posibilidad de su conocimiento y disfrute».