Segunda etapa de Sergio Scariolo en el Baskonia
Estableciendo los cimientos para que esta segunda parte sea buena
El fichaje de Hamilton e Ibon Navarro son los primeros pasos de un Baskonia que promete volver a ser «competitivo», pero que aún tiene muchas interrogantes como qué jugadores saldrán, si hará falta traer cupos de formación y cómo afectará a la forma de juego.
Arnaitz GORRITI
El refrán recuerda constantemente lo malo de las segundas partes, pero cuando se opta por ello, ya no hay vuelta atrás. «Sergio -Scariolo- es ya uno de los nuestros, y a partir de ahora le deseo suerte, porque su suerte será la nuestra», subrayaba Josean Kerejeta en la presentación del técnico de Brescia como inquilino del banquillo del Laboral Kutxa Baskonia.
Tras él, y con la incorporación previa de Hodge, se han sumado Ibon Navarro como técnico ayudante y Lamont Hamilton para apuntalar el juego interior, mientras que se espera la inminete llegada del alero húngaro Adam Hanga. Aún están muy frescos y nadie sabe lo que podrán soportar, pero estos son los primeros cimientos de este nuevo Saski Baskonia.
La escuadra de Gasteiz no tiene prisa en completar su nuevo equipo de trabajo. Hasta mediados o finales de agosto el plantel no estará completo, básicamente porque los bandazos de un complejo mercado no lo permitirán. Después de las citadas incorporaciones, el Baskonia precisa hacer salir a varios de sus miembros. Con la llegada de Hamilton, Milko Bjelica ya sabe que no se le renovará el contrato, mientras que San Emeterio, Lampe y Nemanja Bjelica, todos ellos con contrato en vigor, saben que alguno, o varios de ellos, deberán abandonar el Baskonia «para cuadrar las cuentas», como bien recordaba el presidente baskonista.
Cábalas
La salida de uno u otro jugador, empero, afecta al resto del plantel. Lampe y San Emeterio son cupos, y su salida deberá, a la fuerza, suponer que algún cupo de formación engrose el plantel baskonista. Por ejemplo, una de las teorías habla de hacer salir a Heurtel si se va alguno de los cupos -principalmente San Emeterio, aunque según él, nadie le haya dicho nada- para, por un lado, buscarse otro cupo más barato que el cántabro y darle a Van Oostrum -que con la selección británica viene de meter 39 puntos en la preparación del Eurobasket sub 20- el rol de segundo base, o el de tercero siempre y cuando haya un base cupo -Tomas Satoransky o Franch, por ejemplo-.
Mientras, la última hora de la NBA aclara el camino de Nemanja Bjelica. Andrei Kirilenko renunciaba a un contrato garantizado de 10 millones de Minnesota, y vuelve a situarse como agente libre. Ello puede abrirle la puerta de los Timberwolves al número 44 del Baskonia.
Todo ello, obviamente, afectará al modo de juego de un equipo que, de golpe, se puede encontrar con un equipo técnico nuevo y dos directores de juego distintos respecto a la pasada temporada, amén de que al menos dos de sus líderes de las últimas campañas también se irán. En resumen, un reseteo que precisa tiempo y paciencia.
«Mis equipos suelen crecer a lo largo de la temporada», recordaba Scariolo. «Suelen mejorar progresivamente. Pero en cuanto a sensaciones, de dar la «promesa» de tener un recorrido a mejor, esperamos darlo desde lo más pronto posible», deseó.
Para ello, habrá que ver qué tal sale el fichaje de Hodge, un base «muy fogoso» que busca contagiar esa intensidad a la «fanaticada» -su particular forma de referirse a la afición-, así como la evolución de Causeur y Pleiss, dos jugadores que la pasada campaña ofrecieron detalles más que interesantes, afianzándose conforme sumaban minutos. Asimismo, el Baskonia precisará que Lamont Hamilton recuerde al de la primera vuelta en Bilbo, momento en el que fue el mejor pívot de la ACB. Si su defensa da el nivel, podrá compartir cancha con Lampe, siendo una de las parejas interiores más talentosas de la Liga.
Temporadas «raras»
Por otro lado, está la inercia tanto del Baskonia como de Sergio Scariolo en los últimos años. Ni el de Brescia ni la escuadra gasteiztarra han brillado en estos tiempos. El de Brescia salía escaldado del Khimki y del Armani Milano, mientras que el Baskonia lleva ya tres temporadas sin disputar una final.
No es de extrañar, pues, que Josean Kerejeta calificara como «rara» la última temporada vivida, porque la «mala costumbre» del Baskonia ha sido inversa en los últimos tiempos. Unos tiempos en los que Scariolo tuvo tuvo algo que ver. Siempre hay salvedades de buenas segundas partes; quizás, si los nuevos cimientos aguantan...
María Asurmendi ha sido la capitana de UNB Obenasa en las últimas campañas, pero tras el adiós del patrocinador ha decidido no esperar más y ha fichado por Cadí La Seu, equipo de la Liga Femenina.
Estadísticamente, la última temporada ha sido la mejor de la base iruindarra en la máxima categoría. Con una participación cercana a los 30 minutos por partido, promedió casi 8 puntos, tres rebotes y tres asistencias. Además, aportó liderazgo al equipo navarro desde su posición, ayudando con su temple a que Unión Navarra Basket no solo mantuviera la categoría con cierta holgura, sino que jugara los play offs por el título.
A sus 27 años, esta jugadora de 1,67 metros de estatura vivió su primera experiencia profesional en Bizkaia: Irlandesas, de la Liga Femenina 2, en la temporada 2005/06. Un año después dio el salto a la Liga Femenina con su fichaje por el Arranz Jopisa de Burgos. Posteriormente, vistió la camiseta del Extrugasa dos temporadas. Asurmendi regresó a casa en la campaña 2009/10 para ascender a UNB Obenasa a la élite, siendo una jugadora esencial. GARA