El ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, ha aprovechado la firma de un acuerdo de colaboración e intercambio de información con la OTAN para visitar varios países de la UE y exponer a través de una retórica caduca para los tiempos que corren su particular punto de vista sobre los diálogos que se vienen desarrollando en La Habana entre las FARC-EP y el Gobierno de Juan Manuel Santos.

Las más de cinco décadas de guerra que vive el país latinoamericano no se solucionan con una mera «invitación a la desmovilización» a los grupos guerrilleros, con asegurar que «todos los días se desmovilizan guerrilleros con hasta 10 años de lucha a quienes, inmediatamente, brindamos protección» o con trazar una gruesa línea entre ellos, «los terroristas», y «nosotros». Pinzón, quien encabeza la cartera que ocupó el presidente Juan Manuel Santos, lo sabe y el Gobierno, también. Por eso, están en La Habana. Por eso acordaron en agosto del pasado año una detallada hoja de ruta para lograr la terminación del conflicto armado.

Decir que las protestas que están llevando a cabo los campesinos del Catatumbo -en las que ya ha habido al menos cuatro fallecidos- se deben a «grupos infiltrados», en alusión a las FARC, es cerrar los ojos ante las verdaderas causas de estas movilizaciones. Una actitud que en nada contribuye a la búsqueda de una salida política y que tampoco se corresponde con las manifestaciones del jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, quien reconoció que el campo colombiano requiere de una «transformación integral», una visión plasmada en el acuerdo agrario del 27 de mayo.

De igual manera, la afirmación de que «en Colombia va a haber paz con las FARC o sin las FARC» carece de recorrido. El Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, ha llamado a aprovechar este momento de «decisiones que solo se presenta una vez en una generación», pidiendo para ello «un acto colectivo de imaginación». Todos los actores, dentro y fuera, deberán remar en esa dirección para, con gestos audaces y en ocasiones arriesgados, alcanzar la meta común, la paz.