La cita es a las once de la mañana en la sede de Sortu de Donostia. Delegaciones de la formación independentista legalizada hace un año y del PNV, encabezadas por sus respectivos presidentes, escenificarán la formalización de sus relaciones. Resulta llamativo que, aunque haya podido haber encuentros entre líderes de una formación y otra, este es el primer encuentro oficial entre las direcciones de las dos fuerzas.

Quizá por ello, tanto Sortu como el PNV han querido dar trascendencia a la cita, lo que se evidencia en el hecho de que ayer enviaran a los medios de comunicación una convocatoria idéntica y acordada desde ambos partidos, que la representación sea del máximo nivel de cada dirección y que se haya acordado también el orden en el que se realizarán las intervenciones ante la prensa al término del encuentro.

La delegación de PNV estará conformada por Andoni Ortuzar, Pilar García de Salazar, Joseba Egibar y Koldo Mediavilla. Por parte de Sortu les recibirán Hasier Arraiz, Rufi Etxeberria, Pernando Barrena y Maribi Ugarteburu.

Tras el encuentro harán declaraciones los máximos dirigentes de cada uno de los partidos.

Como cabe entender, pese a que esta sea la escenificación del primer encuentro oficial, para llegar a este punto ha habido con anterioridad contactos entre ambas direcciones y también entre líderes a nivel más informal.

Contexto especial

Pese a que en lo relacionado con el modelo socio-económico es evidente que Sortu y el PNV mantienen posiciones muy dispares, e incluso antagónicas, no es menos cierto que esta reunión llega en un momento de constatación de que el Gobierno español está bloqueando el proceso de paz y que está procediendo a un inexorable proceso de recentralización que acaba vaciando de contenido incluso las competencias autonómicas.

Este puede ser un punto en el que ambas formaciones abertzales pueden encontrar un ámbito de coincidencia.

En una entrevista publicada recientemente por GARA, Hasier Arraiz señalaba que «ahora que el PNV se ha dado cuenta de que la puerta del Gobierno de Madrid está cerrada, también para ellos, parece que se muestra dispuesto a mirar hacia Euskal Herria. El PNV a día de hoy sabe que, si tiene verdadera voluntad para recorrer el camino de la resolución integral del conflicto político, cuenta con la mano tendida de la izquierda abertzale para hacer juntos, de forma acordada, el camino a la soberanía».

Y añadía que «en lo social es difícil que coincidamos. Sin embargo, está la posibilidad de practicar ejercicios de soberanía en el día a día, tomando decisiones desde Euskal Herria al margen de las órdenes que lleguen de fuera».

Por su parte, en otra entrevista de hace unos días, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, se quejaba de que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ni siquiera hubiera respondido a la propuesta que le hizo el lehendakari en materia de paz y normalización. Hablaba el diputado jeltzale de mala educación `por parte del PP y de que a La Moncloa «el final de ETA parece que le importa un higo».

Denunciaba también que el PP se niega a llegar a acuerdos sobre ninguno de sus proyectos. Se observa que, instalado en su mayoría absoluta, el Gobierno de Mariano Rajoy solo impone leyes orgánicas y decretos que invaden las competencias vascas, sin ofrecer, tampoco al PNV, nada a cambio.

Junto a la actitud del Ejecutivo español, han surgido en las últimas fechas otros elementos de análisis relevantes, como el parón impuesto por el PSE a la Ponencia de Paz y Convivencia. Llama la atención que tanto el portavoz del PNV, Joseba Egibar, como los de Sortu, Pernando Barrena y Amaia Izko, coincidieran en atribuir una importancia determinante en este paso atrás al deseo de Patxi López de liderar el PSOE, para lo que debe desprenderse de ciertas ataduras vascas.