El entonces director del Tour tomó la decisión de colocar entre semana las etapas de los Pirineos por la gran cantidad de aficionados vascos que se acercaron el domingo 17 de julio de 2005 al final de etapa ganado por Hincapie en Saint Lary Soulan. Leblanc culpó a los aficionados vascos de dos incidentes aislados que se registraron con un ataque a un vehículo de TVE y una caída de una moto y del caos que se organizó en el descenso del puerto después de la etapa.

Leblanc explicaba entonces que quería rebajar el número de aficionados vascos y aquella decisión se ha mantenido hasta este fin de semana. La ruptura de esta tendencia llega después de que el año pasado se llegara a un mínimo histórico de afluencia de público y de audiencias. Los organizadores de las grandes vueltas tienden a poner las etapas más importantes en fin de semana para facilitar el acceso de público, que es lo que interesa a las localidades que pagan por acogerlas, y para lograr mayores audiencias. El Tour este año sí ha colocado etapas de alta montaña en días festivos. Dos de los Pirineos la primera semana, el Mont Ventoux el domingo de la segunda y otro final fuera de categoría en Semnoz el sábado de la tercera.

El calor hará más duros los pirineos

El Tour ha querido reservar la mayor dureza a los últimos ocho días, pero el calor exagerado que se espera para la etapa de hoy, unido a la dureza del ascenso del Col de Pailhères, puede provocar más distancias de lo que cabía esperar de un final en A3 Domaines, que es corto para abrir grandes huecos. Más exigente es Pailhères, con 2.001 metros de altitud y 15,3 kilómetros de subida al 8%, La mayor dureza de este puerto está concentrada al final con dos kilómetros al 10% y 10,5% cerca de la cumbre.

Se corona a 29 de meta y cuando acabe su descenso empieza en Ax les Thermes la subida de A3 Domaines, con 7,8 kilómetros al 8,2%. Se corona a 1,5 kilómetros de la línea de la meta y las distancias que se pueden marcar van a depender de la actitud y del nivel que tenga el Sky después de las dudas que han ofrecido hasta el momento corredores que han quedado rezagados en puertos de Segunda como ayer. En Albi solo entraron en el primer grupo de cien corredores Froome, Porte, Boasson Hagen y Siutsou. Hoy se verá si esto responde a una estrategia del Sky para que otros corredores lleguen más frescos a las etapas importantes y si puede dominar el pelotón como lo hizo el año pasado en las etapas de montaña, porque las diferencias de la etapa van a depender del ritmo al que se suba Pailhères.

Mañana se disputa la segunda y última jornada pirenaica con salida en Saint Girons a las 11:20 y 168,5 kilómetros de recorrido hasta la meta de Bagnères de Bigorre. La etapa presenta un puerto de Segunda en el kilómetro 28, el Portet d'Aspet (5,4 kilómetros de subida al 6,9%) y cuatro de Primera: el Col de Menté (Km 44) con 7 kilómetros al 7.7% de pendiente media), el Peyresourde (km. 90) 13.2 kilómetros de subida al 7%; Val Louron-Azet (km. 110,5), con 7,4 kilómetros al 8.3% y La Hourquette d'Ancizan (km. 138.), con 9,9 kilómetros de ascensión al 7.5% de media.

Desde la cumbre hasta la línea de meta quedarán treinta kilómetros y eso puede provocar que llegue alguna escapada de corredores fuertes con tiempo perdido. Se espera que la mayoría de los aficionados vascos se den cita en La Hourquette d'Ancizan, un puerto poco conocido que se empieza a subir en Gluchen, cerca de Saint Lary Soulan, y que se desciende a Saint Marie de Campan. El tramo final del descenso será el mismo que el del Aspin, que es el puerto que deberán comenzar a subir los aficionados vascos para coger a la derecha la D113 hacia la cima. La otra opción es subir en la misma dirección de la carrera desde Ancizan. La organización no ha querido aprovechar la llegada a Bagnères de Bigorre para colocar el Tourmalet en su parte final. Los grandes puertos pirenaicos han sido descartados en la edición cien del Tour en beneficio de los alpinos.

Se espera una gran afluencia de vascos a esta etapa, que es la que queda más cerca. A3 Domaines está casi en la frontera con Andorra, aunque serán muchos los que se acerquen a las dos ayudados por disputarse las jornadas pirenaicas, ocho años después, en fin de semana. No están el Tour y el ciclismo como para poner obstáculos para que la gente se acerque a verlo o lo siga en la televisión.