Iruñea vivió ayer una jornada de locos. Colas en los supermercados para abastecerse de comida y bebida antes del apocalipisis sanferminero, trabajo a todo trapo para reabrir bares medio muertos, escobazos y fregonas que ultiman la limpieza de las peñas, trajín de camiones rellenando las trastiendas de los bares, bullicio de personas que se ganan la vida en la calle con espectáculos, mejor o peor trabajados... Y bajo un sol abrasador.

El concejal del PSN Eduardo Vall prenderá hoy la mecha del cohete de la mano de la ONCE, que celebra su 75 aniversario. Eso dará paso al caos total. Así que todo lo que se dejara ayer inacabado,no se podrá retomar, al menos hasta el lunes que viene y en el extrarradio.

Una vez cada seis años al menos, el cohete se lanza en sábado. Es decir, los dos días fuertes de la fiesta se condensarán en uno. La forma en que la persisitente crisis afectará a las fiestas de Iruñea es todavía un misterio. Pero el ambiente de ayer hace pensar que no cabrá un alma más. Y el estrés se puede palpar en cada rincón.

Poco de nuevo tienen las fiestas. El presupuesto ha recibido un nuevo tijeretazo de más de 300.0000 euros hasta quedarse en los 2,1 millones, pero lo cierto es que, más allá del encierro, el Ayuntamiento nunca ha destacado por traer actuaciones espectaculares.

Por contra, UPN ha diseñado un nuevo sistema para recaudar bastante más con los aparcamientos, como es la extensión de la «zona azul» a prácticamente toda la meseta de Iruñea y, además, mantenerla activa las 24 horas del día. El cálculo del Consistorio es que, convirtiendo toda la zona alta de Iruñea en un parking de pago (de unas 18.000 plazas), ingresarán en las arcas municipales entre 200 y 334.00 euros. Es decir, servirá para pagar enrte un 10 y un 15% del presupuesto festivo. Otros años, la zona azul se anulaba desde ayer mismo. Se intuyen peleas desde la mañana para poder aparcar hoy en los márgenes exteriores de la zona OTA.

Del otro lado, los Sanfermines populares han tenido un arreón importante. El proyecto de UPN de recaudar más a través de sacar a concurso público el parque de La Runa para empresas de espectáculos fracasó el pasado año y el concurso quedó desierto en la presente edición. El colectivo Gora Iruñea! ha aprovechado la oportunidad para quedarse con el espacio y programar infinidad de actos mañanas, tardes y noches.

El grueso de las actividades festivas en la calle nunca han corrido a cargo del Ayuntamiento, que centra su actividad en rellenar de actos distintos puntos e la ciudad lejanos al epicentro como Conde de Rodezno (niños) o la Plaza de los Fueros (conciertos y herri kirolak), así como puntos que incomprensiblemente se quedan ajenos al gentío como la Plaza de los Burgos (Jazzfermín). El ambiente sanferminero, sin embargo, no está ahí. Está en las calles. Las peñas de Iruñea son las que pagan las txarangas que atronan la ciudad, y el resto lo ponen grupos de danzas, cantores, colectivos y amén de músicos, marionetistas, mimos, juerguistas, buscavidas varios que suben a Iruñea a ganarse la vida, y en fin, cualquiera con gana de juerga.

«Agosto» del pequeño comercio

Ayer fue un gran día para que hicieran caja los malparados comercios de Alde Zaharra, muchos de ellos reconvertidos en tiendas de ropa que venden pañuelos rojos, camisetas (desde dos euros) y pantalones blancos. Los comercios de más arraigo llevan trabajando a todo trapo más de una semana.

El contrapunto a este brío presanferminero lo está dando Kukuxumusu, una empresa que se vuelca ciegamente con la fiesta, pero que este año ha reducido su aportación al mínimo. La fábrica de ideas acaba de pasar por un traumático proceso de despidos y no quiere hacer grandes alardes en respeto «a los amigos que ya no pueden trabajar con nosotros», aseguró a GARA Mikel Urmeneta. Kukuxumusu, por contra, vive también cierto momento dulce puesto que RTVE ha cogido sus dibujos para presentar la retransmisión de este año. En la que vuelve la voz del cronista más experto, Javier Solano.

Muchos bares que parecían desaparecidos reviven para la fiesta, muchas veces alquilados. Los nuevos inquilinos ultiman las ofertas de bocatas, katxis y cervezas que llamen la atención y avisen de su reapertura. Todos dan por hecho que lo que no trabajen este fin de semana no lo trabajarán después. Unos redondean al alza y otros no. Conseguir cambios ha supuesto, para muchos, una odisea.

Buena parte de la miríada de guiris ya han aterrizado y se les ve pasear en grupo para ubicarse por unas calles que, desde hoy, estarán irreconocibles. Los guías les enseñan la fuente de la Nabarrería, donde hay disgustos cada año. Pocos de esos guiris parecen seguidores de Hemingway, Iruñea forma ya parte de una ruta de desfase internacional. El libro «Fiesta» pudo ponerla de moda hace un tiempo, pero la capital navarra se ha hecho un hueco por sí sola en el mapamundi de la juerga. El aluvión de australianos y estadounidenses se marchará entre mañana y el lunes, cuando los autobuses que los traen desde los campings cercanos vacíen la ciudad.

Por otro lado, se complica la compraventa de alcohol barato en tiendas pequeñas. El Ayuntamiento avisa de que se pondrá firme para que no perjudiquen a los bares. La Policía Municipal ha dado órdenes verbales de perseguir a los que venden cocina en la calle antes que a los que trapichean. Son delitos parecidos (contra la Salud Pública), pero denunciar a quienes asan en la calle le resulta más lucrativo.