Los convenios decaen en medio del descontento sindical, social y político
Tras la negativa de la patronal a firmar un acuerdo en un «sonoro corte de mangas» al Gobierno de Lakua, según destaca EH Bildu, más de 300.000 trabajadores se enfrentan a partir de hoy a la pérdida de sus convenios colectivos. Aunque los sindicatos inciden en que nada termina y existe la posibilidad de seguir negociando, temen que se aplique paulatinamente la reforma laboral, generando mayor conflictividad y una posible pérdida de competitividad.
GARA | DONOSTIA
Agotado el plazo oficial de negociación sin acuerdo, hoy decaen los convenios provinciales que agotan su ultraactividad, dejando a más de 300.000 trabajadores con una nueva fase de conflictividad e incertidumbre por delante. El rechazo patronal a llegar a un acuerdo, a pesar del intento del Gobierno de Lakua para que Confebask negociara, ha generado descontento entre la mayoría sindical y social, preocupada por las consecuencias que ello pueda acarrear para los trabajadores y la economía.
EH Bildu manifestó ayer su malestar ante las puertas de Confebask, a quien acusó de querer «hacer negocio» a costa de los trabajadores. El parlamentario de la coalición Oskar Matute, remarcó que la patronal dio el viernes un «sonoro corte de mangas» al lehendakari, Iñigo Urkullu, al no llegar a un acuerdo con LAB, CCOO y UGT sobre el fin de la ultraactividad de los convenios.
Matute apeló al Gobierno de Lakua y al PNV a implicarse más y abandonar la «equidistancia» entre la patronal y los trabajadores porque es «absolutamente inservible y no garantiza los derechos de los trabajadores».
«Lo que ayer vimos no es un conflicto únicamente entre patronal y sindicatos, es un capítulo más de la lucha de clases, en la que una minoría muy pequeña mantiene el poder a costa de los derechos de la mayoría trabajadora vasca», sostuvo.
Por ello, exigió al Ejecutivo que «deje de lado las posturas tibias» y «adopte medidas reales para proteger nuestra economía y los derechos de los trabajadores».
También el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, se mostró preocupado por la cerrazón de la patronal, por lo que anunció que solicitará una reunión con Adegi a fin de hacerle llegar su postura y poder buscar una solución, puesto que «esta actitud pone en grave riesgo las condiciones laborales de muchos trabajadores de Gipuzkoa».
Criticó que es un flaco favor para la clase trabajadora que la patronal se ponga del lado de la reforma impuesta por el gobierno español. «En este momento muchos trabajadores y trabajadoras tienen serios problemas para llegar a fin de mes, se están apretando el cinturón más y más, pero nadie puede aprovecharse de ello para aplicar más recortes», advirtió.
Garitano remarcó que Gipuzkoa cuenta con un tejido industrial formado por grandes y pequeñas empresas «muy dinámicas, de calidad y especializadas, que venden tanto aquí como en mercados exteriores, que han superado más de una crisis, y por todo ello hay que tener en cuenta a la patronal por un lado, y destacar a los trabajadores por otro, que han sido el motor de esta situación».
La competitividad en juego
Ante el previsible aumento de la conflictividad si en adelante tampoco se consigue llegar a acuerdos y las empresas se inclinan por aplicar cláusulas de la reforma laboral, la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, advirtió ayer de que la competitividad no pasa únicamente por las rebajas salariales, sino también por otros factores como la conflictividad laboral.
Al respecto, apuntó que «la escasa conflictividad laboral ha sido una de las razones, junto a la seriedad y el cumplimiento de plazos y condiciones, por las que la industria vasca ha conseguido muchos contratos los últimos años».
Los sindicatos LAB, CCOO y UGT, que han participado hasta el último momento en las búsqueda de un acuerdo, asumen el nuevo periodo con una clara apuesta por la movilización. Aunque no saben a ciencia cierta cuál será la reacción de los empresarios, auguran un incremento de la confrontación y la judicialización como vía para frenar los ataques que puedan venir desde las patronales.
Comienzan a conocerse los primeros casos de aplicación de convenio estatal. La empresa ETRA Norte, del Grupo ACS, comunicó el jueves al comité que aplicará en sus centros de Araba y Bizkaia el convenio estatal del Metal, según informó ELA.
ELA, que apuesta por el marco de negociación de empresa, denunció que el convenio de limpieza de edificios de Bizkaia, firmado el viernes por UGT, CCOO y ESK, «empeora de un plumazo» las condiciones laborales del sector.