El «caso de los ERE» y las primarias andaluzas ponen en jaque a Ferraz
El presidente andaluz, José Antonio Griñán, ya ha anunciado que no continuará al frente de la Junta y el PSOE elegirá a su sucesor en unas primarias-exprés previstas para finales de julio. Mientras, las imputaciones por el «caso de los ERE» asedian a la federación más poderosa de la formación de Alfredo Pérez Rubalcaba. En Ferraz se observa con incertidumbre un proceso con una fuerte influencia sobre el futuro de un partido en declive.
Alberto PRADILLA
El principal feudo de poder del PSOE se ha convertido también en su gran quebradero de cabeza. Andalucía y su presidente, José Antonio Griñán son ahora la principal preocupación de Ferraz, donde el liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba no ha dejado de cuestionarse. Por una parte, el repentino anuncio del actual presidente de la Junta, quien ha advertido que no seguirá al frente del Gobierno formado hace apenas un año, cuando el pacto alcanzado con IU permitió a la formación mantener el poder pese a que el PP fue la formación más votada. Por otro, aunque también relacionado, el acoso judicial debido al denominado «caso de los ERE», que comienza a rodear peligrosamente al propio Griñán, consejero de Economía en la época en la que se firmaron los contratos fraudulentos. Esta misma semana, un total de 20 antiguos responsables del Ejecutivo andaluz fueron imputados por la juez Mercedes Alaya, que dirige una causa con más de 90 acusados a quienes se relaciona con el cobro irregular de fondos públicos destinados a Expedientes de Regulación de Empleo. Entre los acusados se encuentra Magdalena Álvarez, ministra de Trabajo durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En este contexto, no se puede olvidar que todo lo que se mueve en Andalucía tiene influencia directa en Ferraz. En primer lugar, por constituir el principal Gobierno que todavía mantiene el PSOE. En segundo, por su peso específico, ya que acumula el mayor número de militantes.
Por eso, la marcha de Griñán apunta directamente a Rubalcaba. Hace año y medio, en el Congreso celebrado en Sevilla, el actual jefe de Ejecutivo andaluz y también presidente del partido se posicionó con Carme Chacón, rival del actual secretario general. Tras la apurada victoria del exministro del Interior español, ambos sellaron un pacto de no agresión que parece que ha saltado por los aires. No se trata solo del hecho de que Griñán haya anunciado su marcha por sorpresa cuando todavía le quedan tres años liderando el Gobierno. Con el anuncio de la convocatoria de primarias, que tendrán lugar el próximo 29 de julio, también mete presión al líder de Ferraz, que se resiste a llamar a las urnas para elegir un futuro aspirante a Moncloa. El cónclave de 2012 determinó que el futuro cabeza de lista sería elegido en unas primarias «a la francesa», con la participación de afiliados y simpatizantes. Sin embargo, mientras que federaciones críticas como la andaluza o la madrileña reclaman que las votaciones tengan lugar cuanto antes, el entorno de Rubalcaba ha fijado como prioridad la conferencia política que tendrá lugar en noviembre. Por eso, el movimiento de Griñán pone la pelota en el tejado de Rubalcaba. Pese a que el propio líder de Ferraz dio la bienvenida a las primarias, asegurando que suponen una «competencia democrática que enriquece la vida del partido», no ha pasado desapercibido el cruce de indirectas entre ambos líderes. Así, mientras que el presidente andaluz reivindicaba el relevo para «dar paso a savia nueva», Elena Valenciano, número dos del PSOE, se daba por aludida y defendía a su jefe directo asegurando que este «se siente muy joven». Por el momento, Rubalcaba ni siquiera ha anunciado si aspirará a encabezar la plancha electoral, aunque su liderazgo no pasa por su mejor momento. Una debilidad acrecentada por las bajas perspectivas electorales que prevén las encuestas.
La carrera por la sucesión en Andalucía ya está en marcha. Compiten Susana Díaz (consejera de Presidencia), Luis Planas (consejero de Agricultura) y José Antonio Rodríguez (alcalde de Jun, una localidad de Granada y muy conocido en las redes sociales, especialmente en Twitter). Lo que todavía no ha dejado claro Griñán es si adelantará las elecciones, aunque el PP ya especula con que estas podrían celebrarse en 2015. Al margen de los movimientos dentro del partido, el presidente andaluz se enfrenta también al caso de los ERs, en el que no está imputado pero por el que muchos de sus colaboradores ya han sido citados. Un eventual procesamiento ampliaría la crisis provocada por el particular «caso Bárcenas» del PSOE.