Estamos en un crudo verano, la crisis y las mareas negras de la corrupción han liquidado a las serpientes y los monstruos de los lagos, y de repente vamos conociendo detalles de lo que casi todos sabíamos aunque sin una confirmación notarial. Ahora tenemos al certeza por confesión de parte de que aquel gran español, instigador del GAL, en esos momentos dirigente socialista en la CAV, doctor de profesión y cómplice y propulsor de actos violentos por convicción, el angelito Ricardo García Damborenea, facturaba trabajos al PP de Aznar desde 1994. Un detalle. Lo habíamos visto abrazarlo en mítines, pero creíamos que era por afinidad ideológica. El dinero ayuda a estos individuos a tener las afinidades más oportunas para sus cuentas.

Ahora los papeles de Bárcenas han pasado de las fotocopias a los originales. Un pequeño truco de magia periodística y de guerra interna. Allí sale claramente reflejado que Rajoy recibía sobresueldos en caja de puros. Toda una metáfora. Pero la realidad no existe para el PP, ni para el Gobierno, ni para TVE, ni para sus medios más afines, pero resulta ser que uno de las grandes estrellas mediáticas actuales, el señor de todas las tertulias, el que habla siempre en nombre del gobierno, del PP de ahora y de ayer, es un despilfarrador de dinero en taxis. En 1996 pasó una factura al PP por el concepto de «taxis», por un importe de once mil euros. Francisco Marhuenda, hoy director de «La Razón», que tiene formato de periódico pero es un boletín carcelario de la banda organizada, viaja en taxi, algo hemos aprendido. O que se ha pagado desde el PP alguna factura de cuarenta y tantos mil euros a Intereconomía, ¿por qué, para qué?

Y todo esto está sucediendo mientras muere Emilio Alonso Manglano, un militar que estuvo al frente del CESID después del 23-F y que tanto sabía de los GAL, y que los hijos de Álvaro Puerta, el que fue también tesorero del PP, denuncian que las caídas de su padre parecen actos mafiosos y no accidentes. Y antes de que se olvide de una perla de Mariló Montero, cuando comparó la calle Estafeta el día del santo con la tragedia del Madrid Arena. ¿Qué toma la de Estella? Me voy en taxi.