Un juzgado de Gasteiz ha condenado a Osakidetza a indemnizar con 40.000 euros a la familia de un paciente oncológico, al considerar que los médicos que le trataron en el Hospital de Cruces no leyeron la prueba diagnóstica que indicaba que sufría metástasis.

Los servicios jurídicos del Defensor del Paciente han llevado el procedimiento a raíz de la muerte de D.I.T., en mayo de 2010. Al hombre, de 65 años, le fue practicada una gammagrafía ósea en diciembre de 2009, en la que se detectó metástasis como consecuencia de un tumor inicial. Sin embargo, recoge Efe de la sentencia que ninguno de los médicos leyó el informe de esa prueba, por lo que no se le administró ningún tratamiento durante más de cuatro meses.

Como consecuencia de esa actuación, se considera probado que la enfermedad progresó libremente, lo que impidió el tratamiento adecuado de «dolores insoportables» que padecía el enfermo. El error fue descubierto cuando la familia, ante el evidente deterioro del paciente y sus fuertes dolores, solicitó la documentación clínica para recabar una segunda opinión. Al nuevo facultativo le bastó con examinar la gammagrafía para establecer un diagnóstico.