Tour 2013 | Décima etapa
Kittel, el primero en repetir
El alemán de Argos se impuso a Greipel en un sprint marcado por la caía de su lanzador Tom Veelers, embestido por Mark Cavendish.
Jon ORMAZABAL
El alemán Marcel Kittel (Argos) rompió ayer a su favor el empate que existía entre los hombres más veloces -Cavendish, Greipel y Sagan tienen una victoria- del pelotón de este Tour del centenario tras imponerse ayer en la llegada masiva de la bonita localidad de Saint Malo. El ciclista alemán, que ya fue el primer líder de la prueba, se impuso en los últimos metros a su compatriota Andre Greipel en una llegada marcada por la caída de su lanzador Tom Veelers, que fue embestido por Mark Cavendish como un mozo por un morlaco en plena Estafeta. Afortunadamente, los integrantes del pelotón también recibieron algún capotico, ya que el holandés, que iba en las posiciones delanteras, fue, milagrosamente, el único implicado en la caída y no parece haber sufrido ningún percance de gravedad, ya que llegó al autobús del equipo con normalidad, y pudo disfrutar del triunfo de su compañero.
La de ayer es la décima victoria del velocista de Arnstadt, de 25 años, en lo que va de temporada y la demostración de que el ciclista del Argos puede rivalizar con los mejores de la disciplina. Kittel, pleno de potencia, distanció en los últimos metros a su compatriota Greipel, que había sido el ciclista mejor lanzado del pelotón.
En una jornada que parecía marcada para dar a su ganador el título honorífico de mejor sprinter del momento, fueron Argos y Lotto los dos equipos que mejor trabajaron en una parte final de la etapa marcada por los nervios causados por el viento que llegaba desde el Atlántico. Esto permitió a los dos alemanes jugársela en un mano a mano, después de que Mark Cavendish, finalmente tercero, protagonizara la acción polémica de la jornada, al chocar y llevarse por delante a Tom Veelers, que había realizado una gran labor para su compañero.
El de la Isla de Man, aparentemente sin opciones reales de disputar la etapa, tocó con el codo al holandés de Argos, que dio con sus huesos en el suelo en una acción que los jueces, tras verla repetida en imágenes de televisión, no consideraron digna de sanción. En varios mensajes de twitter, el ciclista de Omega Pharma declaró su inocencia y su deseo de que la caída no tenga consecuencias para el velocista de Argos.
Dudas del Sky
Por lo demás, a la espera de la crono de hoy, la etapa tras la jornada de descanso del lunes resultó bastante tranquila hasta su parte final, en la que el miedo a que el viento pudiera crear algún corte elevó la habitual tensión por la victoria de etapa.
Froome no pasó demasiados apuros para defender su maillot amarillo, pero sí que su equipo, el Sky, volvió a mostrar sus costuras, demostrando que su debacle en la segunda jornada pirenaica fue algo más que un mal día. Y es que, mientras equipos como el Saxo Bank de Contador se mostraron muy activos en cabeza de pelotón, arropando en todo momento a su líder, el británico tuvo que volver a defenderse prácticamente en solitario. Stannard fue el único acompañante del británico en los momentos decisivos de la etapa, mientras que el resto de corredores se dejó llevar en los últimos kilómetros. Así, solo el mencionado Ian Stannard y Boasson Hagen entraron en el grupo principal, además del líder, con Thomas, Siutsou y Porte a 1:40, David López, a 6:23; y Kennaugh, penúltimo, a 6:27.
Por lo demás, el día estuvo marcado por una larga escapada de cinco hombres, que se formó nada más empezar la jornada y que duró 191 kilómetros, hasta que a falta de 5 el pelotón acabó con su aventura.
En esa escapada volvió a colarse Juanjo Oroz que, junto al andaluz Luis Angel Maté (Cofidis), los franceses Julien Simon (Sojasun) y Jérôme Cousin (Europcar) y el holandés Lieuwe Westra (Vacansoleil), buscó protagonismo.
Juanjo Oroz volvió a dar protagonismo al Euskaltel en un momento difícil para la escuadra naranja y, junto a otros cuatro ciclistas, protagonizó la escapada del día, de 191 kilómetros.
El Tour de Francia afronta la segunda mitad lanzado por su única cronometrada clásica individual, 33 kilómetros llanos en torno al Mont-Saint-Michel, el segundo lugar más visitado del Estado francés, solo superado por la Torre Eiffel.
Será la segunda ocasión que la carrera, que cumple cien ediciones, acabe en este lugar turístico, pero más allá de las bellas imágenes de la abadía rodeada por las aguas del Atlántico, la etapa será el gran test para conocer el estado de las fuerzas de los ciclistas.
Es la única etapa propicia para los especialistas en la lucha contra el crono, puesto que la segunda contrarreloj individual se sitúa en terreno alpino y con constantes subidas y bajadas, con dos puertos de segunda categoría.
Tras las primeras escaramuzas pirenaicas, los candidatos deberán marcar terreno, con el británico Chris Froome como gran favorito entre los postulantes al escalón más alto de los Campos Elíseos. No obstante, en cuanto a la lucha por la etapa, el campeón mundial contra el crono, Tony Martin, debería entrar en todos los pronósticos si las secuelas de la caída sufrida en la primera etapa no se lo impiden. Tras los múltiples golpes y magulladuras, se llegó a especular con su retirada, pero el de Omega ha seguido en carrera y hoy es su gran oportunidad.
Es el último momento a priori propicio para establecer diferencias antes de que el pelotón llegue al Mont Ventoux y dé inicio a la explosiva última semana de carrera.
De la crono del Mont-Saint-Michel saldrá una general muy galvanizada con los favoritos situados en posiciones muy similares a las que podrían ocupar al final de la carrera.
GARA