Primer entrenamiento del Athletic postBielsa. Puntualidad, tradicional foto de familia -excepción hecha de Iker Muniain, de vacaciones hasta el 18-, pose de las seis caras nuevas incluida la del entrenador, primeras carreras, primeros estiramientos, primeros rondos, primeros aplausos del millar de seguidores que, estoicos, soportaron los 30º de tempratura, primera comparecencia ante la prensa de Ernesto Valverde tras su presentación... primeras intenciones, primeros descartes, primeros guiños a los periodistas, ni siquiera descartó algún fichaje más. El de Viandar de la Vera no tuvo reparo ayer en poner las cartas sobre la mesa, no rehuir pregunta alguna, mostrarse franco y sincero en cada respuesta, incluso cómplice, y dejar una buena impresión. El gasteiztarra arranca con el crédito intacto. Ahora toca comprobar si sus jugadores, los que estaban y los que estuvieron y regresan, realmente han crecido como futbolistas, sea con el duro Bielsa o fuera del abrigo de Lezama.

Si algo tiene claro y así lo manifestó ayer el nuevo técnico es que su Athletic debe taponar cuanto antes la sangría de goles en defensa y ponerse manos a la obra para aumentar la cifra goleadora en la meta rival. Dejó entrever que Kike Sola comienza por detrás de Aduriz en ese vital puesto de `9', aunque ve a ambos compitiendo por la punta, sin olvidar a Gaizka Toquero, más en otra posición, ya sea «en la banda derecha o de segundo delantero, donde lo ha hecho bien», aunque «tengo que calibrarlo bien».

Del mismo modo tiene claro que Beñat y Herrera pueden jugar juntos -el cómo es la principal incógnita- y que el de Igorre «nos tiene que ayudar en la línea de creación», aunque también llegue para promover la necesaria competencia interna en la medular con los Herrera, Iturraspe, Ruiz de Galarreta o el propio Morán. ¿Cuál será el papel de De Marcos?

Competencia que habrá y mucha también en el lateral zurdo, donde espera que entre Aurtenetxe, Balenziaga e incluso Saborit -siguió sin nombrar a De Marcos- le «den una solución» a la «problemática» ala izquierda de todo equipo, y especialmente «difícil» en el Athletic. Una banda en la que Valverde sí ve que cojea en ataque. Confirmó que ha hablado con Isma López para acordar una cesión -y otro tanto ha hecho con el portero Raúl Fernández-, y que cuenta para ese extremo con Muniain e Ibai, pero ninguno de los dos son zurdos y eso, reconoció, limita las posibilidades de ataque. Que ahí vaya a ser donde pueda reforzar el equipo está por ver, porque tampoco hay nombres llamativos en el mercado a donde el Athletic pueda acudir para mejorar lo que ya tiene.

Precisamente habló sobre Iker Muniain, preguntado por si se le plantea un reto recuperar la mejor versión del navarro. Txingurri fue tajante: «Me preocuparía más no tener a Muniain que tenerlo. Para nosotros es una suerte contar con él», convencido, añadió, de su progresión y justificando su discreta última temporada, pues «el segundo o tercer año de un jugador suele ser el más duro».

Tiene 28 y le sobran 6 o 7

En cualquier caso, y a pesar de esa puerta abierta a alguna cara nueva más, Valverde sí anticipó que no será hasta la estancia en tierras austríacas cuando perfile definitivamente la plantilla, que tendrá entre 21 y 22 jugadores, frente a los 28 actuales. «Una cosa es verles jugar desde fuera y otra verles aquí. No quiero aventurar nada. Me gustaría esperar un poco», pidió tiempo. Si restamos las salidas de Isma y Raúl y, quizá el descarte final de los tres canteranos, al técnico le siguen sobrando dos o tres futbolistas, y ahí los Ruiz de Galarreta, Iñigo Pérez y hasta Toquero, por citar los más nombrados los últimos días, tendrán que convencerle para quedarse.

Expectantes, nerviosos, atentos, fueron los calificativos empleados por Valverde para fotografiar el primer día de sus jugadores y todo condicionado por la llegada de un nuevo entrenador. Todo eso y «un poco fundidos» por el sofocante calor. ¿Y él? Pues responsabilizado. «Para mí es una gran responsabilidad y no es una frase hecha. Así lo siento. Y también un punto más de ilusión porque es el sitio donde quieres estar, porque no puedes decepcionar a esta gente y por poder hacer algo que merezca la pena», se explayó el técnico.

Lo dicho, no esquivó ninguna pregunta, se mostró siempre claro, abierto, sin secretismos -hasta confirmó que faltan de anunciar tres partidos más en el stage austríaco y casi da hasta los rivales- y dejó claro también su propuesta de juego, más allá de esquemas habituales en sus equipos. Tres jugadores por dentro para dominar la medular, avanzó, y a partir de ahí, «manejar el juego y llevar la iniciativa» para «dominar al rival, tener llegadas y crear ocasiones; ahí nos tenemos que hacer fuertes». La segunda era Valverde ya suda la gota gorda.