LA NEGATIVA DEL REAL MADRID A PAGAR CLÁUSULAS FRENA SU SALIDA
Illarramendi seguirá en la Real si no se desbloquea la situación
Asier Illarramendi estará mañana en Zubieta para comenzar la pretemporada con la Real y seguirá en el equipo blanquiazul si no hay un acuerdo con el Real Madrid para un traspaso o si el presidente del club blanco, Florentino Pérez, no rompe su línea de no pagar una cláusula.
Joseba ITURRIA
Aperribay dejó claro ayer ante los periodistas en Madrid antes de la Asamblea de la Federación Española que «la Real Sociedad quiere que Illarramendi siga en el club. No hay más. Confío en el Real Madrid porque siempre ha dicho que no ejecuta cláusulas. En ese sentido tenemos que agradecerle su comportamiento. Para nosotros lo más importante es el año deportivo e Illarramendi es súper importante. Esperemos que se incorpore a los entrenamientos con alegría y lo haga muy bien durante el próximo año. No hemos negociado nada, hemos transmitido al Madrid que nuestro interés es que el jugador siga en la Real».
Florentino Pérez no acudió a la Asamblea de la Española porque se encuentra en México, donde se entrevistó ayer con el presidente Enrique Peña Nieto para mostrarle el interés de invertir en su país de su compañía ACS. Antes de viajar, el presidente del Madrid habló el sábado con Aperribay para trasmitirle su voluntad de pagar los 30 millones que figuran en la cláusula de rescisión de Illarramendi como si fuera un traspaso. Esta propuesta fue rechazada por Jokin Aperribay, que le trasmitió que no quería la salida de Illarramendi y que las únicas opciones de que se fuera al Real Madrid era que el jugador depositara el montante de la cláusula en la Liga de Fútbol Profesional para romper el contrato que tiene firmado hasta 2018 o que se llegara a un acuerdo entre los dos clubes por una cantidad superior a los 30 millones.
Fuentes cercanas a la operación rechazaban ayer a GARA que el problema esté en la negativa del club blanco a pagar los impuestos, sino que Florentino Pérez siempre se ha mostrado partidario de no ejecutar ninguna cláusula de rescisión y cuando ha decidido pagar la cantidad que aparecía en alguna lo ha hecho de acuerdo con el club de procedencia como si de un traspaso se tratara. De hecho, Florentino Pérez está dispuesto a pagar 36,2 millones, los 30 que cobraría la Real y los 6,2 de IVA que irían a las arcas guipuzcoanas, cuando hasta ahora todos los clubes que han ejecutado las cláusulas de rescisión se han limitado a pagar la cantidad establecida, sin IVA ni IRPF.
En el entorno de la Real se ha trasmitido estas semanas lo contrario, que el Madrid intentaba llegar a un acuerdo para no pagar el IVA cuando ese impuesto sí hay que pagarlo en un traspaso entre dos clubes y nunca en el pago de una cláusula de rescisión. Según explicaba a GARA una fuente conocedora de estos casos, «si un jugador paga la cláusula de rescisión, el importe establecido en el contrato no está sujeto a IVA porque para pagar ese impuesto tiene que haber una participación entre dos empresas y el jugador es un inmovilizado intangible».
Pero si Illarramendi paga la cláusula corre el riesgo de que la Hacienda guipuzcoana, que es donde debe declarar este año, le pregunte cómo recibe los 30 millones y los pueda imputar como un rendimiento de trabajo sujeto a un 45% de gravamen, lo que implicaría pagar 13,5 millones de IRPF. Tampoco el tema está claro, porque no ha habido un solo caso en que una Hacienda haya reclamado a un jugador el pago de impuestos de la cantidad abonada en una cláusula.
Para evitar este riesgo existe la opción de que esos 30 millones se presenten como un préstamo del Real Madrid al jugador que deba devolver con lo que cobre en el club blanco, lo que implicaría aumentar en seis millones la ficha de cada una de las cinco temporadas que firmaría, lo que a la vez subiría los impuestos a pagar por ese contrato en la Hacienda de Madrid.
Pero tanto el Madrid como el entorno del jugador coinciden al trasmitir que el problema no está en los impuestos, sino en la filosofía de Florentino Pérez de no ejecutar cláusulas. La Real por ahora solo le da esa opción, porque el presidente blanco no está por la labor de pagar más por Illarramendi y la Real tampoco quiere venderlo ahora.
Tampoco la posición del Consejo blanquiazul está provocada por la presión popular, simplemente considera que no tiene ninguna necesidad de vender y quiere que el jugador siga por interés deportivo y económico, porque en unas semanas la Real se juega en una eliminatoria millones de euros. Solo con superarla tiene asegurados 8,6, lograría uno más por cada partido ganado en la liguilla de octavos y 500.000 por cada empate.
Además un 22% del dinero que se recaudaría no sería para la Real. El 20% de lo que ingrese por la venta de un jugador, seis millones de 30, iría directamente a los acreedores que accedieron a convertir su deuda en préstamos participativos, principalmente Kutxa y Hacienda. Otros 600.000 euros irían al Mutriku o al conjunto de los clubes convenidos. Además la Real sabe que ingresar cantidades importantes es un problema porque obligan a entrar en una espiral de pasar a ser un club comprador que llevó a la entidad a la bancarrota tras cobrar miles de millones de las antiguas pesetas por la salida de Kodro, Etxeberria, Karpin, Kovacevic, Juan Gómez y Craioveanu.
El problema para la Real es cómo encaja Illarramendi que no vaya a salir a pesar de que el Real Madrid está dispuesto a pagar los 30 millones de euros de su cláusula de rescisión, lo que incumple el espíritu del contrato. Desde el entorno del jugador se manifiesta que si no puede salir se quedará encantado, pero todo esto puede enrarecer el ambiente tanto en el vestuario como en Anoeta. Está reciente lo que ha sucedido en Bilbo esta última temporada en la que a los jugadores, y no solo a los que se quedaron contra su voluntad, no les gustó lo sucedido por entender que el club se convierte en una pequeña cárcel de la que no puedan salir. Mañana Illarramendi estará en Zubieta y se verá si rompe su silencio y qué trasmite ante todo lo que le ha rodeado estas semanas.
La situación ideal sería que el jugador reconsidere su decisión inicial de fichar por el Real Madrid y se muestre dispuesto a seguir en la Real gustoso y mejore su contrato. Desde su entorno se negaba ayer a GARA que existiera un acuerdo por cinco años, aunque sí se admitía una oferta muy buena que el Real Madrid ha trasmitido a pesar de que no puede hacerlo. También se admitía que la Real ha mostrado una voluntad de renegociar el contrato actual y colocar a Illarramendi a la altura de los mejor pagados, pero sus representantes entienden que no deben aprovechar esa situación ahora y que en estos momentos lo único que se verá hasta el 31 de agosto es si el jugador sale o no de la Real al Real Madrid.