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Otra realista y memorable odisea del cine noruego en «Perdidos en la nieve»
El cine noruego saca partido de sus duros paisajes helados en crónicas naturalistas de supervivencia como la reciente «La isla de los olvidados», o ya en la vertiente más viajera «Kon-Tiki». A tan reseñables títulos hay que sumar ahora «Perdidos en la nieve» que, ambientada en la II Guerra Mundial, relata un encuentro entre soldados alemanes e ingleses en una cabaña aislada tras un accidente aéreo. Sobre el trasfondo bélico surge una inusitada historia de amistad.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
«Perdidos en la nieve» se inspira en el caso real de Horst Schopis, un piloto de la Luftwaffe derribado por un avión de la RAF, que también se estrelló, en abril de 1940 en plena II Guerra Mundial. Lo extraño es que el incidente sirvió para sellar una gran amistad entre los dos pilotos, alemán e inglés.
El tratamiento que el realizador Petter Naess, conocido internacionalmente por su película del 2001 «Elling» y el posterior rodaje en inglés de «Crazy in Love» con Josh Harnett y Radha Mitchell, da a la historia ocurrida hace más de setenta años se inscribe en la corriente naturalista del cine noruego. En ella se puede colocar a la reciente odisea marina y viajera «Kon-Tiki», pero sobre todo a películas como «La isla de los olvidados», donde el paisaje helado dota de especial fuerza a las crónicas de supervivencia.
La originalidad del argumento conecta, sin embargo, en su vertiente antibelicista con el clásico de John Boorman «Infierno en el Pacífico». En aquella insólita reducción al absurdo de la guerra realizada en 1968, se enfrentaban Toshiro Mifune por el bando japonés y Lee Marvin por el yanqui, aunque al combatir en una isla solitaria estaban condenados a entenderse, por encima de la obediencia debida a sus respectivos ejércitos.
En «Perdidos en la nieve» ya no se trata de un duelo interpretativo, porque los protagonistas no están solos. De la tripulación del avión alemán derribado se salvan tres soldados, aunque uno de ellos queda muy malherido. Están en una ligera mayoría numérica sobre el enemigo, al sobrevivir solo dos de los ocupantes del aparato inglés.
Unos y otros se encuentran en medio de la nada, en un territorio helado próximo a la zona ártica de Noruega, sin contacto con sus mandos. No pueden recibir ordenes ni pedir el rescate. La situación es tan desesperada que el hallazgo de una cabaña de cazadores supone la única oportunidad de sobrevivir. Como quiera que los alemanes son los primeros en hallarla, lo ingleses no tendrán otro remedio que rendirse y ser tomados como prisioneros para poder refugiarse. Hay uno del trío germano que habla inglés, mientras que los otros dos parece que lo entienden. Resulta suficiente para entablar las primeras negociaciones, solventadas con el trazado de una raya que los prisioneros no podrán cruzar.
A la superioridad también contribuye el que los alemanes dispongan de su Luger reglamentaria. La disputa por ese arma dará lugar a diferentes alternativas de poder, sacando lo peor y lo mejor del ser humano. El trabajo en equipo se hará imprescindible y del sufrimiento compartido surgirá una alianza.
Dirección: Petter Naess.
Guión: Petter Naess, Ole Meldgaard y Dave Mango.
Intérpretes: Rupert Grint, Florian Lukas, David Kross, Stig Henrik Hoff, Lachlan Nieboer.
País: Noruega. 2012.
Duración: 100 minutos.