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UDATE | Iruñeko Sanferminak. Chandríos sanfermineros 1980

De Los Pecos a Pocholo, Iruñea no es plaza fácil

Lo madrileño, con excepciones contadas con los dedos, no suele ser muy bien recibido por el populacho pamplonica. Aquel 1980 lo descubriría el polémico futbolista Juanito, el del famoso espíritu, al que El Sadar recibió arrojando al campo un veloz gorrín, cerdito, cochino o cutico vestido con la camiseta del Real Madrid y el 7 a la espalda, para que no quedara duda. Y si esto pasa durante el curso, ¿qué no va a ocurrir en el desmadre sanferminero?

Había antecedentes. Cuentan que Agatha Lys, estrella del casposo destape español, había estado a punto de acabar en la piscina uno de los conciertos en un club local. Y que a Lolita, hija de Lola Flores, en fecha imprecisa se le arrojó una gallina al escenario. Así que parecía una imprudencia total que se programara a Los Pecos, pareja pop de moda aquel año, que arrastraba legiones de quinceañeras con sus falsetes tipo Bee Gees y letras tal que así: «Háblame de ti, de la libertad, si las clases te aburren, hacia donde vas...»

La mocina llevó el choteo del Hotel Tres Reyes, donde se hospedaban, al Club Larraina, polémica sociedad que no admite a mujeres como socio pero sí las dejaba entrar a conciertos así. El recital se suspendió tras 20 minutos de gritos, insultos y botellazos. La prensa hablaría luego de «patas» y «cafres». Los Pecos se refugiaron en el hotel, donde por un lado se arremolinaban sus fans y por otro gentes impresentables que vociferaban cosas como «Los Pecos no tienen cola».

Han pasado los años pero el cachondeo pervive cuando hay ocasión. Que se lo pregunten por ejemplo a Pocholo, un especimen de la jet-set que tuvo su momento de fama en la telebasura y en 2007 decidió que podía sacarse unas perrillas pinchando unos discos en Sanfermines en plena Plaza del Castillo. Hasta ahí podíamos llegar, rugió más de un autóctono. Las crónicas oficiales contaron que el tal Pocholo no apareció al cuartico de estar de Iruñea y que en respuesta la gente que había pagado la entrada se lió a botellazos contra el escenario. Demos fe para la historia, desde la privilegiada atalaya de la redacción de GARA, primero de que allí no se pagaba entrada alguna y segundo de que fue justo al revés. Pocholo fue un tío prudente, al menos aquella noche.

2.47minutos

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