UDATE | Iruñeko Sanferminak
El Struendo precede a la avalancha
Políticamente incorrecto, multitudinario, popular y festivo. Así es el Struendo, un acto sin cobertura institucional, pero con cada vez más arraigo en la calle. Y un mayor sentido en los tiempos que corren, la crisis exige meter ruido.
Bizardun MOZORROTUA
Al poder institucional no le gusta que le toquen las narices, ni siquiera en fiestas. Para muestra, el botón de las recientes declaraciones de algunos altos cargos políticos de estos sanfermines 2013. No quieren taza, pues taza y media. El Struendo iruindarra, que se celebró ayer en su versión infantil y nocturna, nunca ha tenido un carácter marcadamente político, sino más bien festivo y social. Sin embargo, se podría decir que incluso ahora mismo, con la crisis económica que nos toca padecer a quienes no la hemos generado, es una forma original y añadida de protestar por una situación que sufrimos sin comerla ni beberla.
Meter ruido. Ese es el único objetivo de este acto, pero ello implica dejarse oir, que quienes mandan sepan que hay un pueblo llano que puede salir a la calle y hacerse notar, simplemente con un bombo, un tamboril o cualquier otro instrumento. No hay mayor vanagloria, ni falta que hace. Año tras año, el evento adquiere superior trascendencia, no solo por la simplicidad que conlleva, sino porque la gente encuentra aquí una forma de desahogo a sus preocupaciones diarias, que no son pocas a la vista de cómo se las gastan quienes mandan en el ámbito financiero y político.
Multitud ante la crisis
La crisis, de todos modos, no es tan potente como para mandar en los sanfermines. Sin duda que influirá, pero la llegada del segundo y último fin de semana festivo va a suponer una nueva avalancha de personal dispuesto a olvidarse por unos días de las penurias económicas. La fiesta de la República francesa y aquellos paisanos que decidieron marcharse de vacaciones para regresar al último estertor festivo animarán las calles iruindarras en unos días que se prevén de marabunta total. Sin olvidarnos de nuestros hermanos de otros herrialdes, que serán bienvenidos.
