«Desde Orduña hemos venido con mucha ilusión, a deciros que es el día que se implique la Diputación». Así decía la jota que un urduñarra cantó ayer ante el palacio foral, tras la entrega de 1.678 firmas de vecinos que piden a la institución foral que se involucre en la búsqueda de una solución a la deuda del Ayuntamiento.

El anuncio 24 horas antes del diputado de Presidencia, Unai Rementeria, sobre la concesión de ayudas vía decreto no desmovilizó a la iniciativa vecinal, que reunió en Bilbo a una treintena de vecinas y vecinos. Con una deuda de más de 5 millones de euros, parece «pan para hoy y hambre para mañana, y habrá que ver qué piden a cambio», señalaron desde el movimiento ciudadano, que no olvida la invitación del Gobierno foral a vender el edificio de la Aduana. «Orduña lo que necesita es una salida integral, un plan de futuro para que se active nuestra economía local y se conserven y mejoren los servicios», señalaron.

Llegaron vestidos de negro con pañuelos verdes al cuello, para simbolizar su preocupación por un«municipio que están dejando morir», pero también la esperanza ante una reacción a tiempo. Portaron pequeños ataudes y hojas de roble con crespón negro, para criticar que su pertenencia a Bizkaia no es correspondida por la máxima institución del herrialde. «Urduña, 1284-2013» rezaba un epitafio, en referencia a la fecha en la que la ciudad quedó bajo tutela vizcaina. Una vecina llegó a Bilbo con un cuadro del Árbol de Gernika debajo del brazo, que también entregó en la Diputación.

Reunión con PSE y Bildu

Representantes del colectivo vecinal se reunieron con junteros del PSE y de Bildu. PNV y PP ni siquiera respondieron a la petición de reunión. Explicaron tras la entrevista que las dos primeras fuerzas comparten la necesidad de una solución interinstitucional. Pero las mayorías mandan. Ambas suman 21 votos frente a los 22 del PNV y 8 del PP en la Cámara foral.

También hubo respuesta a Rementeria sobre el «desvío de responsabilidades». «La deuda no la ha creado este gobierno municipal ni los vecinos. En Orduña todo el mundo sabe que la deuda tiene nombre y apellido, que fue engordando durante años sin que nadie hiciera nada, sabiendo que se estaba gastando más de lo que ingresaban. Lo hecho hecho está; lo que les pedimos es que al menos lo solucionen», precisaron.