rugidos rojiblancos
Muniain no es un problema, debería ser una solución
Beñat ZARRABEITIA | Socio y periodista
Son muchos los comentarios, incluso del propio entrenador y ayer mismo del capitán Carlos Gurpegi, que se han centrado en Iker Muniain durante los últimos días. Sin embargo, el jugador ha sido noticia por imágenes poco afortunadas que circulan por la red. Algo que socialmente no le beneficia demasiado después del pobre rendimiento que ofreció la campaña pasada.
No nos vamos a engañar, seguramente, la mayoría de hinchas del Athletic relacionó el lapidario «millonarios prematuros» con Muniain, entre otros. Y no cabe duda que su actitud ha dejado bastante que desear en algunos partidos o que con 600.000 seguidores quizá debería tener una actitud mucho más responsable en las redes sociales. Ahora bien, a nadie se le escapa tampoco que el txantreano sigue siendo uno de los grandes activos deportivos del Athletic. Debe recuperar la confianza y, sobre todo, crecer en su impacto en el juego, leer mejor las situaciones y madurar. Como dijo Valverde, es mucho mejor tener a Muniain que no tenerlo. El navarro debe de ser una solución deportiva de primer nivel.
El mundo del fútbol tiene un patio trasero demasiado grande y un submundo que le rodea que no beneficia nada a futbolistas que desde la adolescencia se ven expuestos a los focos y una presión importante. Algo que recibe la importante contrapartida de elevados salarios y de enorme reconocimiento social, más si juegas en el Athletic. Por ello, es muy importante cuidar todos los detalles, contar con un entorno que tenga los pies en el suelo y les sepa llevar de manera responsable y eficaz. A veces, los futbolistas más jóvenes, envueltos en ese cóctel, viven momentos de altibajos que ponen a prueba su supervivencia en la elite. Muniain tiene uno de esos esta temporada, si logra centrarse, seguro que lo solventará positivamente.
Ni se le tiene que consentir todo, ni tampoco vivir en una censura permanente. Los tiempos, como los resultados, cambian. Antes todo quedaba en chascarrillo y teléfono estropeado de bar o en un «uno que conoce a menganito me ha dicho que...», y si los resultados eran buenos, el cubata del jugador en una noche de fiesta lo pagaban el hincha o el mismo camarero. Hoy, en una época de enorme exposición social y mediática todo se magnífica y adquiere dimensión de pseudodebate en las redes sociales, un espacio mucho más amplio que la barra de cualquier bar. Y para qué negarlo, casi todos y todas tomamos parte de ello, además, de una forma u otra.
Por ello, el Athletic, consciente de su tirón social y mediático, debería empezar a ofrecerle una mayor importancia al tema en sus relaciones internas, para mejorar su comunicación externa. O lo que es lo mismo, el uso actual de las redes sociales por parte tanto de jugadoras como jugadores -más en este segundo caso- de las primeras plantillas y de las categorías inferiores es bastante deficiente. Alejado de la realidad en muchos casos, monolingüe, con numerosos errores de ortografía y poco feedback.
Los jugadores, también en las redes sociales, representan y comunican la imagen externa e incluso corporativa del club. No se trata tampoco de una rigidez máxima, mucho menos reducir la libertad de expresión o molestarse por comentarios o fotos poco trascendentes. Eso lo hace todo el mundo; simplemente con estandarizar, retocar y mejorar en pequeños-grandes detalles, seguro que no habría tormentas de verano como la de Muniain. Así, hablaríamos de las soluciones que puede aportar, sea en la banda, por el centro o de segundo punta.