El PP utilizó ayer su mayoría absoluta ara vetar que el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, comparezca en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones por el «caso Bárcenas» pese al clamor de la oposición, a la que ha acusado de «apadrinar» a su extesorero, de ejercer de su «abogado» y de ser «rehenes» de su estrategia.

Todos los grupos de la oposición se unieron para reclamar la comparecencia extraordinaria y urgente de Rajoy tras las últimas revelaciones del «caso Bárcenas» y el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió de que, en caso de no hacerlo, estará dando por bueno el refrán de «quien calla, otorga».

Los ánimos en la Diputación Permanente se encendieron tras la intervención del portavoz del PP, Alfonso Alonso, quien rechazó la comparecencia de Rajoy al considerar que no hay base para ello y acusó a la oposición, y en concreto al PSOE, de que, al pedirla, «apadrina» a un «delincuente» y a un «mentiroso». «¡Bárcenas es un delincuente, pero es su delincuente y ese es el problema que tienen¡», le espetó Rubalcaba a Alonso, que fue especialmente vehemente en la defensa de la «honorabilidad» de Rajoy.

El ambiente estaba caldeado desde la mañana, al conocerse que el PP no aceptaba que en el pleno extraordinario de la próxima semana se incluyera sesión de control y que, además, el orden del día de la Diputación Permanente fuera a postergar el debate sobre Bárcenas hasta la noche. Para evitar el «apagón informativo», en palabras de la oposición, todos los grupos salvo el PP acordaron retirar algunos puntos para agilizar el debate.

«Las mentiras, mentiras son, el presidente lo ha dicho así y, por tanto, no hay un hecho nuevo que cambie esas explicaciones, que son suficientes», señaló Alonso por la mañana tras participar en la Junta de Portavoces, en la que su partido rechazó la celebración de una sesión de control.

Congreso «secuestrado»

Por la tarde, en la reunión de la Diputación Permanente, la oposición volvió a instar al PP a aceptar que Rajoy dé explicaciones en un pleno urgente por considerar que está en juego la credibilidad del Ejecutivo y la «calidad de la propia democracia» española. Además, acusó al PP «mentir sistemáticamente» y de «secuestrar» el Congreso con su mayoría y sus decisiones «antidemocráticas» para «blindar» al presidente frente a Bárcenas.

En el ámbito judicial, mientras, la Fiscalía Anticorrupción apoyó ayer la petición de las acusaciones de que se cite como testigo a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, para que aclare el procedimiento de donaciones anónimas al partido, pero se opuso a que declaren sus antecesores en el cargo Javier Arenas y Francisco Álvarez Cascos y el expresidente del Gobierno José María Aznar para que expliquen las donaciones recibidas por la formación desde 1989 hasta ahora. Sí respalda que se pregunte al PP acerca de la existencia de «retribuciones estandarizadas» complementarias.

Ante la posibilidad de ser llamada como testigo, De Cospedal insistió en que está «tranquila» y «deseando colaborar con la Justicia» y decir «todo lo que sabe».

Mientras, ayer fue el turno del director del diario «El Mundo» de comparecer ante el juez Pablo Ruz, a quien, además de ratificar el contenido de su entrevista a Bárcenas y la existencia de sobresueldos en el PP, indicó que este le habló de un donante que en las elecciones de 2011 quiso hacer una aportación de 300.000 euros al PP y que tenía mucho interés en que Rajoy lo supiera. Agregó que remitieron a ese donante al entonces tesorero y actual presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaria.