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CORRUPCIÓN EN EL ESTADO ESPAÑOL

Amaiur y PNV apelan a alejarse de la caótica deriva del Estado español

Pese a que el fondo de los respectivos discursos no coinciden en sus objetivos, los parlamentarios de Amaiur y los dirigentes del PNV en Bizkaia coincidieron en desmarcarse de la corrupción política y de la evolución económica del Estado español. La coalición soberanista aboga por romper amarras cuanto antes, mientras que la formación jeltzale sigue tendiendo la mano al Gobierno de Mariano Rajoy para consensuar una reforma del modelo de Estado.

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GARA | DONOSTIA

La situación que atraviesa el Estado español puede «arrastrar» a Euskal Herria «a la ruina económica, política y social», en palabras de Amaiur. Para el PNV, «la marca España» es la de un «Estado en descomposición» que, incluso, perjudica a la economía vasca.

Parlamentarios y parlamentarias de Amaiur comparecieron ante la prensa, en Donostia, para analizar, a través de las intervenciones de Onintza Enbeita y Xabier Mikel Errekondo, los entresijos de un escenario como el que observan de cerca en Madrid. Remarcaron que los últimos casos de corrupción desvelados no son hechos aislados, sino que «es el propio modelo de Estado el que ampara y propicia la corrupción, que se extiende desde la Casa Real hasta el último cuartelillo».

«Y todo ello -añadieron-, a costa del erario público. A costa de las ciudadanas y los ciudadanos de a pie, que paradójicamente son quienes están pagando las consecuencias de una crisis provocada, en gran medida, por la irresponsable gestión de una casta de gobernantes». Incidieron en que, además, está quedando en evidencia que «la estructura territorial del Estado español, tal cual se diseñó y se impuso hace ya cuarenta años, no es sostenible». Y llegados a este punto, concluyeron que todo apunta a que nos encontramos ante «una auténtica crisis de Estado».

Un Gobierno débil

Los representación de Amaiur subrayó que «todo esto afecta, y mucho, a Euskal Herria», ya que «para un Gobierno asediado por la corrupción y por las luchas intestinas en el seno del PP, y además acosado por otros partidos que pretenden comerse el pastel de la derecha española, es muy difícil afrontar un proceso de resolución».

«No es solo que Madrid no tenga capacidad ni voluntad de solucionar el conflicto político que vive nuestro pueblo -puntualizaron-, sino que lo que está haciendo es profundizar más en las causas que la provocaron. Porque es incapaz de hacer una oferta democrática en términos de reconocimiento y respeto del derecho a decidir. Negar e imponer. Esa es su única estrategia».

Preguntado por las informaciones que apuntan a la posible financiación ilegal de la sede del PP en Bilbo, Errekondo comentó que «en Euskal Herria estamos acostumbrados a que mucha gente, instituciones incluso, se hayan lucrado y aprovechado de lo que ha supuesto el conflicto político de las últimas décadas». En ese contexto, indicó que no le «sorprendería» que el PP de la CAV se viera involucrado en uno de esos casos, a lo que añadió que eso «podría suponer una clave para entender, en cierto modo, que pueda haber intereses para bloquear la resolución del conflicto político».

Por otro lado, Amaiur opina que, frente a la crisis territorial, los actuales gestores del Estado han optado por la «recentralización», lo que «no es una casualidad ni, mucho menos, una cuestión teórica; es un proceso en marcha que camina en dirección opuesta a la cada vez más mayoritaria reivindicación del derecho a decidir». Y en esa estrategia observan juntos al PP y al PSOE intentando llevar adelante «un proceso de involución democrática en toda regla».

En cuanto al planteamiento del PSOE sobre una moción de censura para desbancar a Mariano Rajoy, Amaiur advirtió de que no apoyará una maniobra para «simplemente cambiar a una persona por otra», ya que considera que Alfredo Pérez Rubalcaba y Rajoy son «dos caras de la misma moneda».

«Modelo PNV»

Durante el acto que protagonizaron ayer en el batzoki de Etxebarri, la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, y el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, también hicieron referencia a «una crisis de Estado sin precedentes» y citaron a la Casa Real, el Gobierno del PP, el Tribunal Constitucional, los «líos de la banca», la «financiación con dinero público» de los «agujeros que algunos han dejado» y la proliferación de ERE.

Lamentaron que la «marca España», la «de ese Estado en descomposición», perjudique a la economía y a las empresas vascas. «No es verdad que a los nacionalistas nos dé urticaria la marca España. A mí me dan urticaria las cosas mal hechas y aquello que nos perjudica», matizó Bilbao.

En esta ocasión, los jeltzales no contrapusieron a la «marca España» la etiqueta «Basque Country» -que es la que utiliza el Gobierno de Iñigo Urkullu-, sino «el modelo de hacer las cosas del PNV» que, según dijo Bilbao, «tiene mucho que ver con que aquí fuimos los últimos en entrar en la crisis y vamos a ser los primeros en salir de ella». Y añadió que ese modelo se basa en «la transparencia en lo público, en las formas de hacer...».

En lugar de poner ejemplos sobre los logros del PNV, el diputado general de Bizkaia volvió a poner el foco sobre Gipuzkoa para, como ya es habitual en los últimos meses, criticar la labor de Bildu en las instituciones. Así, habló del «desastre en las basuras y peajes en las carreteras», lo que calificó de «modelo del caos».

Bilbao llegó a preguntar a los militantes de su partido reunidos en Etxebarri: «¿Os imagináis la que se montaría si nosotros ponemos peajes? Eso es lo que están planteando hacer en la Diputación de Gipuzkoa». Una cuestión muy llamativa cuando uno de los primeros actos de inauguración de esta legislatura en los que participó el propio diputado general fue el de la Variante Sur Metropolitana, también conocida como Supersur, una vía de peaje que, a día de hoy, es utilizada por la mitad de usuarios que se había previsto y cuya recaudación por peajes está muy lejos de alcanzar los ingresos calculados por el Gobierno foral del PNV.

Sémper no pone «la mano en el fuego por nadie» en torno al «caso Bárcenas»

Tras ser colocados en primer plano tanto del proceso judicial como del escándalo mediático en los que se desarrolla el «caso Bárcenas», los actuales dirigentes del PP en la CAV están intentando marcar distancias con sus predecesores, concretamente con quienes controlaban el partido cuando estaba al frente Carlos Iturgaiz, que fue su presidente entre los años 1996 y 2004.

Según han publicado varios medios de comunicación en los últimos días, Luis Bárcenas, extesorero nacional del partido, ha presentado ante el juez Pablo Ruz una serie de documentos que apuntan a una presunta trama corrupta en el PP de la CAV que habría enviado a la sede central un millón de euros procedente de supuestas comisiones pagadas por empresarios entre 1999 y 2005.

En declaraciones a la Cadena Ser, recogidas por Europa Press, Borja Sémper, presidente del PP en Gipuzkoa, dijo ayer que cree en la honradez de Iturgaiz. No obstante, afirmó que no pondría «la mano en el fuego por nadie» porque la experiencia en la vida le ha hecho quemársela «varias veces».

«Ahora bien, sea Carlos Iturgaiz, sea Borja Sémper o sea quien sea, todos tenemos que dar muchas explicaciones en política, porque las cosas han cambiado, la política se hace de una manera diferente, y la transparencia y las explicaciones hasta el final son la única receta en un momento como el que estamos viviendo», manifestó.

Recordó que, nada más conocer las acusaciones de Bárcenas, el viernes, Iñaki Oyarzábal, secretario general del PP de la CAV, ya puso a disposición de los medios las cuentas del partido, aunque señaló que «si hay algo más, quienes dirigían el partido en esos momentos tendrán que contárnoslo». Y continuación apostilló: «Confío en que no sea así». GARA

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