Felipe, nuevo rey de una Bélgica dividida y que cuestiona la monarquía
GARA | BRUSELAS
Felipe se convirtió ayer oficialmente en el nuevo rey belga, tras la abdicación de su padre Alberto II y en un país dividido y que se cuestiona cada vez más el papel de la monarquía. En la ceremonia afirmó que quiere dar «un nuevo impulso de entusiasmo» a Bélgica.
Presentado como un símbolo de la unidad del país, el nuevo rey dijo que buscará «el equilibro entre la unidad y la diversidad». Pero el líder del independentista N-VA, Bart De Wever, declinó la invitación al acto y muchos de sus electos no aplaudieron en la ceremonia.