Última etapa
Kittel y Froome triunfan en París
El alemán se confirmó como el mejor sprinter de esta edición al lograr su cuarta victoria por delante de Greipel y Cavendish, que nunca había sido derrotado en los Campos Elíseos. El inglés quiso cruzar la meta abrazado a sus compañeros para agradecer su colaboración.
Joseba ITURRIA
Marcel Kittel ganó al sprint la última etapa del Tour con final en los Campos Elíseos al superar con autoridad a André Greipel y a un Mark Cavendish que no pudo lograr su quinta victoria consecutiva en París, donde nunca había sido derrotado.
El último sprint del Tour confirmó el final de la supremacía en las llegadas de Cavendish desde que debutó en la prueba en 2008. Ni tan siquiera en su llegada preferida pudo responder a la fortaleza de Kittel, que logró su cuarta victoria, por las dos del manés y una de Greipel y Sagan, los cuatro sprinters que han estado en el Tour muy por encima de los demás.
En la única participación del manés en el Tour en la que no ganó en los Campos Elíseos fue en 2008, porque no llegó a París tras ganar cuatro etapas en su debut en la prueba. Entonces ganó su ahora lanzador, Steegmans, y curiosamente el último que cruzó ese día la meta fue un entonces desconocido Chris Froome, que debutaba con el Barloworld en la carrera y que ayer se proclamó ganador por vez primera del Tour.
Cinco años después, el inglés quiso pasar la meta a casi un minuto del ganador abrazado a los seis compañeros del Sky que han acabado el Tour y tanto con ese gesto como en el discurso que leyó desde el podio de los Campos Elíseos quiso agradecer el apoyo de su equipo a pesar de las críticas que ha recibido.
Froome celebraba así su primera victoria en una grande después de perder la Vuelta en 2011 y el Tour de 2012 por estar supeditado al liderazgo de Bradley Wiggins en el Sky.
Dos caras nuevas
Junto al inglés, segundo de la pasada edición, Nairo Quintana y Joaquim Rodríguez se estrenaron en un podio final del Tour. El colombiano subió tres veces en su debut en la prueba, al ganar también la montaña y el maillot blanco al mejor joven y el catalán estuvo acompañado de sus dos hijos, que le han seguido en buena parte de la carrera, ante los que Chris Froome también demostró su lado más humano al bromear y chocar las manos con ellos.
El último día de Froome de amarillo confirmó un estilo diferente al de Bradley Wiggins. Solo ha perdido su temple al suspender su rueda de prensa en la jornada de descanso después de su exhibición el Ventoux al ser comparado con Armstrong y sentir que se insinuaba que su superioridad insultante de ese día se basaba en prácticas dopantes. Eso llevó a su equipo a desvelar al «L'Equipe» los datos fisiológicos y médicos del corredor para eliminar cualquier sospecha. El manager y artífice del milagro Sky, Dave Brailsford, volvió a manifestar ayer que Chris Froome representaba a una nueva generación de ciclistas que no han conocido la época del dopaje.
Brailsford se planteó cuando propuso a Sky formar un equipo ciclista ganar un Tour con un corredor inglés en un plazo de cinco años. Parecía una locura cuando en 2009 no se vislumbraba ninguno capaz de entrar en un Top 10 y ya ha ganado con dos diferentes en los cuatro años que lleva el equipo en el pelotón profesional.
Cuando formó el equipo ya pensaba en la metamorfosis de Bradley Wiggins a la hora de hacer ese pronóstico y por eso lo fichó tras ser cuarto en el Tour de 2010 y formó un equipo alrededor de él. Tres años después Brailsford y el Sky han apostado por Froome al ampliarle el contrato que tenía firmado para el próximo año hasta 2016.
Wiggins, el gran ausente de este Tour, tiene firmado hasta 2014 con el Sky y la convivencia entre ambos no es sencilla porque el ganador del pasado año ha criticado públicamente a Froome y ni se ha molestado en ponerse en contacto con él para felicitarle por su triunfo.
El próximo Tour comienza en Inglaterra y lo que está claro es que Froome será el líder del Sky. La duda está en saber si Wiggins llegará a participar después de que hace un mes trasmitiera la posibilidad de no volver a correr el Tour y centrarse en otros objetivos como la París Roubaix. Es lo mejor que le puede pasar a Dave Brailsford, que este año consiguió convencer a Wiggins para que fuera al Giro.
El manager del Sky Dave Brailsford se marcó el objetivo de fabricar el primer inglés ganador del Tour en cinco años y ha ganado con dos en los cuatro que lleva su equipo. El próximo año Froome saldrá con el número 1 de Inglaterra.
Marcel Kittel se ha convertido en el mejor sprinter a los 25 años en una progresión que le ha llevado a pasar de ser campeón mundial contrarreloj en sus dos años junior en 2005 y 2006 y campeón alemán sub'23 en 2007 en su primer año en el Thüringer continental a convertirse en el mejor velocista del momento.
El Argos Shimano lo fichó en 2011, cuando el equipo se llamaba Skil, y en sus tres años lleva 44 victorias. Hasta este Tour la gran parte de sus triunfos los lograba en carreras menores, solo había ganado una etapa en la Vuelta, y el año pasado en su debut en el Tour se tuvo que retirar en la primera semana, En esta edición ha disputado cinco sprints y ha conseguido cuatro victorias y un tercer puesto, pero ninguno de los triunfos le dio tanta alegría como el logrado en París.
«Éste es un sueño hecho realidad. Han sido tres semanas duras, pero me sentí bien. Los compañeros hicieron un muy buen trabajo, me mantuvieron fuera del viento en los Campos Elíseos y luego me prepararon perfectamente la llegada. A pesar de que Tom Veelers no estaba, hicimos un buen plan y ha funcionado. Hemos cambiado el orden del tren y funcionó. Ellos me pusieron en marcha perfectamente y nadie vino a mi altura antes de la meta».
El alemán añadía que «esta es una gran victoria y tengo que agradecer a mi equipo, el espíritu de todos ha sido increíble desde el primer día en Corsica. A pesar de que las tres semanas han sido agotadoras, todo el mundo ha creído en esta victoria y ha estado centrado hasta el final». GARA