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Sabin Kortabitarte Fondo de Desarrollo y Cohesión de Euskal Herria de Udalbiltza

Desarrollo local, conciencia colectiva

«Podemos pensar diferente, pero hemos de pensar juntos», estas palabras de la cantautora catalana Lidia Pujol sirven al autor para sostener la necesidad de un desarrollo local, que cohesione y equilibre al país reavivando territorios y áreas para impulsar, a su vez, una conciencia colectiva que engrase la marcha como nación por un camino propio. Presenta ejemplos prácticos de trabajo local cooperativo, como el desarrollado en el valle de Lea hace 30 años o el del proyecto «Zuberoa garatzen» interrumpido por Garzón. El Fondo de Desarrollo y Cohesión de Euskal Herria de Udalbiltza es un instrumento para tal fin, cuya naturaleza no es ser una asociación caritativa o una bandeja de dinero.

Euskal Herria es una nación, pero no tiene estado, y, por lo tanto, se trata de un pueblo desestructurado. Los ordenamientos jurídicos en vigor marcan diferencias entre nuestros territorios y nuestros ciudadanos. Y todo esto genera desequilibrios y trabas para el desarrollo nacional.

Para poder hacer frente a dicha situación, Udalbiltza presentó el pasado 20 de junio el Fondo de Desarrollo y Cohesión de Euskal Herria, con estas palabras: «Tiene como objetivo crear sinergias a nivel nacional y trasladar las ya creadas a los territorios o ámbitos más necesitados, para así poder ayudar en la promoción de iniciativas encaminadas a fortalecer la estructura económica y social. Las políticas aplicadas ponen en entredicho la supervivencia de las comunidades de algunas zonas y la identidad vasca».

Anteriormente, Udalbiltza contó también con un Fondo de Desarrollo y Cohesión, hace aproximadamente diez años, y yo mismo participé en el consejo de dicho fondo. Uno de los proyectos que emprendimos entonces fue el de «Zuberoa garatzen». Desde hace un mes participo nuevamente en el proyecto del fondo; en mi caso, centrado en el desarrollo local.

Valle de Lea. Retrocedamos unos 30 años: mi valle, Lea, perdía población continuamente, los jóvenes se marchaban fuera a trabajar y a vivir, emigraban incluso familias enteras; Lea estaba envejeciendo, la economía dependía del primer sector (la pesca y la agricultura), no había empleo ni gente experimentada en otros sectores, y tampoco existía la cooperación entre los municipios de la región... La decadencia era tremenda. Se palpaba una gran falta de autoestima. No existía una conciencia colectiva ante la situación.

¿Qué hacer? ¿Cómo? Comenzamos a reunirnos un grupo de amigos. El objetivo era crear una conciencia colectiva para sacar adelante el valle, un aspecto muy importante. Sabíamos que se trataba de un proyecto a largo plazo, que no ocurriría ningún milagro súbito -por ejemplo, no aceptábamos los proyectos de las multinacionales, nos parecían pan para hoy y hambre para mañana-. Buscábamos el desarrollo local, la producción local, implicando a las instituciones, los promotores y los ciudadanos, queríamos generar autoestima, ofrecer a la sociedad posibles soluciones.

Promovimos las escuelas de los pequeños municipios, desarrollamos la institucionalización del valle de Lea, impulsamos el ámbito cultural, creamos estructuras económicas, empleo juvenil, política de vivienda... Si hasta entonces se marchaba del valle el 80% de los jóvenes, pasamos a que se quedara el 80%.

Se trató de un proyecto cuyo origen y destino era el propio valle de Lea: desarrollo local.

Zuberoa. Hace ya algo más de diez años, colaboré en la iniciativa «Zuberoa garatzen», de Udalbiltza. Impulsamos a los jóvenes agentes del territorio, puesto que normalmente son ellos los que salen fuera. Por ejemplo, en Iparralde, el 60% de los jóvenes que terminan el Bachillerato han de salir de Euskal Herria para seguir con sus estudios o para encontrar trabajo; cada año alrededor de cinco mil jóvenes acuden desde Iparralde a centros de enseñanza franceses.

Otro problema que presentaba Zuberoa era su gran dependencia respecto al primer sector, la escasez de nuevas actividades económicas.

Udalbiltza consideró que debía impulsar el desarrollo local en dicho territorio. Pero no queríamos que fuera una iniciativa teórica o filosófica. Queríamos llevar a cabo un proyecto tangible, capaz de implicar a la gente.

Creo que entre todos conseguimos poner en marcha una dinámica interesante. Íbamos avanzando, hasta que a través de la operación llevada a cabo por el juez Baltasar Garzón el Estado español interrumpió el camino emprendido por Udalbiltza.

Udalbiltza, en la presentación del Fondo de Desarrollo y Cohesión del 20 de junio, nos comunicó que había recuperado los fondos recaudados para la iniciativa «Zuberoa garatzen» -el fondo contaba por entonces con 315.000 euros-.

Naturaleza del fondo. El Fondo de Desarrollo y Cohesión de Euskal Herria de Udalbiltza no ha de ser una asociación caritativa o una bandeja de dinero. Debe recoger ideas y propuestas de los agentes locales, para promoverlas tras analizar su viabilidad, impulsando la autoestima y la proactividad. Debemos suscitar la ilusión entre los agentes locales.

Al mismo tiempo, aquel que presente un proyecto al fondo ha de considerar que el proyecto, además de ser viable, sea beneficioso para la región.

Desarrollo nacional. El desarrollo nacional llegará desde la convergencia de distintas vías basadas en experiencias locales pero dirigidas al mismo tiempo a la construcción nacional. En ese sentido, nos resultaría imposible impulsar el desarrollo de Euskal Herria por medio de multinacionales surgidas en torno a ejes correspondientes a grandes infraestructuras.

La situación es dura. Entre la juventud vasca, el paro ha alcanzado el 40%, uno de los porcentajes más altos de la Comunidad Europea. En más de 40 municipios, el número de habitantes está decreciendo constantemente, y han entrado en un proceso de envejecimiento crónico, principalmente en zonas de Pirineos y de montaña. Hay varias regiones que están perdiendo actividad económica y que no disponen de estrategias para sustituirlas, como Sakana y Malerreka. El 70% de la población vasca vive en un área que abarca el 12% del área total de Euskal Herria... Y añadamos a todo ello el hecho de que la identidad vasca esté perseguida y subestimada todavía.

Queremos ir cohesionando Euskal Herria, reavivando territorios y áreas y dando un equilibrio a nuestra nación. Udalbiltza se compromete a dar prioridad a políticas locales y transfronterizas utilizando los recursos que dispone y colaborando con la sociedad.

Nuestro propio camino. Madrid y París no nos van a ayudar. Euskal Herria debería tomar su propio camino para desarrollarse como nación, con objeto de crear y fortalecer estructuras vascas actuando como sujeto. Udalbiltza ha declarado que va a ir por ese camino, a través del trabajo cooperativo del Fondo de Desarrollo y Cohesión, por ejemplo.

La cantautora catalana Lidia Pujol ha manifestado recientemente: «En Cataluña podemos pensar diferente, pero hemos de pensar juntos». Conciencia colectiva.

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