Una jugada maestra de Obama
Dabid LAZKANOITURBURU Responsable de Mundua del diario GARA
El apoyo al «no golpe de Estado» en Egipto por parte de EEUU ha cobrado nueva luz tras el anuncio del inicio inminente de negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina (ANP) de Cisjordania.
Al neutralizar al Gobierno legítimo de los Hermanos Musulmanes egipcios, EEUU lograba desbrozar el camino a su iniciativa. Y es que uno de los efectos colaterales de la asonada militar ha sido el debilitamiento de la posición de Hamas, que junto con la izquierda palestina rechaza de plano la repetición de un escenario negociador en el que Israel juega con la ventaja de la política de hechos consumados y con el apoyo del que se presenta falsamente como árbitro (EEUU).
Al empantanamiento de la situación en Siria, que ha pillado al Movimiento de Resistencia Islámica palestino con el pie cambiado (su apoyo a los rebeldes armados suníes y su correspondiente alejamiento de Damasco le ha creado graves problemas internos) se le suma ahora el golpe contra sus Hermanos (nunca mejor dicho) Musulmanes egipcios. Con Gaza aislada y cerrada otra vez a cal y canto, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, ha podido anunciar a bombo y platillo que Obama sentará a israelíes y palestinos en su última legislatura. Washington mata así a dos pájaros de un tiro. De un lado, se asegura la lealtad de un Egipto atado y bien atado por sus militares y, de otro, intenta imponer su particular «lógica negociadora» a los palestinos.
Demasiado perfecto para un golpe de Estado «popular» que, insisten algunos, ha inaugurado una nueva fase revolucionaria en Egipto. Las carcajadas resuenan en los despachos de la Casa Blanca.