Un centenar de migrantes de origen subsahariano consiguió en la madrugada de ayer acceder a Melilla tras superar la valla fronteriza en dos asaltos masivos que se han producido de manera simultánea en dos puntos del perímetro.

Los dos asaltos se han producido sobre las 04:45 horas en las inmediaciones del puesto fronterizo de Barrio Chino y en la zona conocida como Villa Pilar, muy próxima al aeropuerto melillense.

La jornada de ayer fue especialmente activa en la doble valla de seis metros de altura cada una que separa Melilla de Marruecos porque sobre las 09,00 horas se produjo un tercer intento de asalto por parte de otro grupo numeroso, quizá quienes no pudieron entrar de madrugada volvieron a intentarlo sin éxito.

Según informó la Delegación del Gobierno español, los dos intentos de entrada estuvieron protagonizados por unos 500 subsaharianos, que se «enfrentaron abiertamente» al servicio de vigilancia y custodia de la frontera que lleva a cabo la Guardia Civil.

La misma versión indicó que a consecuencia de las «extremas circunstancias» en que los inmigrantes protagonizaron los asaltos, once de ellos recibieron asistencia sanitaria en Urgencias del Hospital Comarcal -nueve por contusiones y cortes, uno por fracturas en ambas muñecas y otro, en observación, por «patología traumatológica» que posiblemente requiera de intervención quirúrgica-.

El ministerio marroquí de Interior señaló que treinta migrantes resultaron heridos en el lado marroquí por culpa de las alambradas que cierran el perímetro fronterizo, y tuvieron que ser hospitalizados en Nador. Esta fuente manifestó que los dos grupos que trataron de saltar la valla procedían de la frontera de Marruecos con Argelia y ocasionan «una presión constante en los bosques cercanos» a Melilla.

La delegación del Gobierno español en Melilla informó, asimismo, de que la mayoría de los migrantes que consiguieron entrar a Melilla fueron detenidos, en concreto, 84 adultos y 11 menores -98, según Rabat-, y conducidos a la Jefatura de Policía para abrirles el correspondiente expediente de expulsión en aplicación de la Ley de Extranjería que establece su deportación.

Sin embargo, este trámite suele durar meses e incluso años y muchas veces no puede concluirse con la repatriación porque sus países de origen se niegan a aceptarlos como nacionales propios.

La última entrada masiva de inmigrantes en Melilla se produjo el pasado 9 de julio, un día antes del inicio de mes de Ramadán, una circunstancia que, según relataron a Efe fuentes policiales, puede estar siendo utilizada en la organización de los últimos asaltos.

Por eso, la hora elegida por los inmigrantes en los asaltos de ayer pudo coincidir con la ruptura del ayuno y rezo de las soldados marroquíes que colaboran, al otro lado del vallado, en el control de la inmigración.