Cuestionada por Santos, la ONU juega un papel clave en el proceso de diálogo
La oficina de la ONU en Colombia, cuya presencia ha sido cuestionada por Juan Manuel Santos, desempeña un papel clave en el diálogo que el Gobierno y las FARC mantienen en La Habana para poner fin al conflicto armado más antiguo de América Latina y ante un eventual acuerdo.
GARA | BOGOTÁ
Navi Pillay, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, firmó la semana pasada con el Gobierno de Bogotá la renovación de su mandato por un año, hasta octubre de 2014, durante una gira marcada por la polémica, ya que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dejó en suspenso la decisión hasta el final del mandato de la oficina de la ONU asegurando que su país «ha avanzado suficientemente» en materia de derechos humanos, lo que generó preocupación entre las ONG.
Durante su visita al país, Pillay destacó los esfuerzos de las autoridades y la importancia de los programas de reparación a las víctimas de los conflictos armados, pero sostuvo que muchas comunidades y ONG «no han sentido todavía los beneficios».
Tras la prórroga de su mandato, Pillay subrayó que su oficina podría «jugar un papel» en el proceso de diálogo que se desarrolla en La Habana. «Es muy importante contar con observadores independientes para la aplicación de los acuerdos de paz», insistió.
«La oficina es necesaria, ya que existe una grave crisis de derechos humanos, que se traduce en un alto nivel de violencia», aseguró a AFP, Gustavo Gallón, director de la Comisión Colombiana de Juristas, quien también puso de relieve el alto grado de «impunidad». «En lugar de marcharse, debe ser fortalecida y se deben seguir sus recomendaciones», dijo.
Subrayó que la ONU será aún más necesaria tras un eventual acuerdo de paz, porque «surgirán muchos problemas relacionados con los derechos humanos y habrá que tratarlos con urgencia».
Con una misión de observación y asesoría, el organismo internacional, cuyo mandato ha sido renovado regularmente desde 1997, publica un informe anual sobre la situación en el país. Según datos oficiales, el conflicto interno en Colombia ha provocado en casi medio siglo unos 600.000 muertos, 15.000 desaparecidos y cuatro millones de desplazados. Un reciente informe remitido al Gobierno recoge que casi el 92% de los secuestros, 40.000 en los últimos 40 años, sigue impune.
Finalmente, el Gobierno dio marcha atrás. El vicepresidente, Angelino Garzón, incluso aseguró que si es reelegido en las elecciones presidenciales de 2014, Santos -quien todavía no es oficialmente candidato-, propondrá una nueva prórroga del mandato de la ONU. «La oficina nos puede ayudar mucho en cuatro áreas: la paz, el diálogo social, los derechos sociales y la desigualdad», indicó.
Según Volmar Pérez, ex defensor del Pueblo, el asesoramiento técnico de esta Oficina «ha sido de gran ayuda para las instituciones» y sigue siendo «esencial» mientras persista la violencia.
Juan Manuel Santos denunció ayer que las FARC han cometido una «violación flagrante» de los compromisos anunciados después de comenzar los diálogos en La Habana al secuestrar el mes pasado a un militar estadounidense y les acusó de pretender hacer un nuevo «show mediático» con su liberación. Santos dijo que no permitirá a Piedad Córdoba participar en la entrega.