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Música clásica por los rincones de Donostia en la inauguración de la Quincena Musical

Hasta 13 fueron los espectáculos que la Quincena Musical de Donostia preparó ayer por su Jornada Inaugural. Ballet, conciertos al aire libre, espectáculos infantiles, recitales de canto, danza contemporánea y varias actuaciones corales se apoderaron de algunos de los rincones más carismáticos de la ciudad.

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Mikel CHAMIZO

La Jornada Inaugural de la Quincena Musical se puede vivir de diversas maneras. Uno pudo darse un atracón de música, con los 13 espectáculos de todo tipo que el festival preparó ayer, o bien picar solo de lo que más le apetecía, pues hubo ballet, conciertos al aire libre, espectáculos infantiles, recitales de canto, danza contemporánea y varias actuaciones corales. Pero con tal proliferación de música lo más probable era encontrársela, inopinadamente, en cualquier rincón de la ciudad. Muchos donostiarras recuerdan aún aquel tren chuchú enfurecido de hace unos veranos, atravesando a toda velocidad las calles del centro con una banda a bordo tocando la frenética sintonía de Los Simpsons. Ayer no circuló el añorado tren chuchú, pero la música se apoderó igualmente de numerosos espacios públicos de la ciudad.

Las primeras notas al aire libre sonaron al mediodía en la céntrica Plaza de Gipuzkoa. Para tocar en la calle hacen falta instrumentos potentes y los encargados de romper el hielo fueron los miembros de un cuarteto de saxofones procedente de Musikene, la Escuela Superior de Música del País Vasco. Formado por Marcos Martínez, Jaavier Blasco, Miguel Ángel García y Oriol Parés, el Cuarteto AdSax propuso un programa ecléctico y atractivo para todos los públicos, que osciló desde el jazz de Piet Swerts a la música contemporánea de Giörgy Ligeti -autor de la banda sonora de «2001» de Kubrick-, pasando por las nostálgicas melodías noruegas de Edvard Grieg o el fuerte carácter ibérico de la música de Albéniz. El concierto, breve pero intenso, logró reunir a un notable grupito de espectadores.

Paralelamente a la actuación del AdSax, y a escasos metros de la Plaza de Gipuzkoa, los niños y adolescentes que forman la Orereta Abesbatza llenaron con sus voces el Salón de Plenos de Ayuntamiento. Los jóvenes coralistas, vestidos con llamativas camisetas de todos los colores, desplazaron los habituales rifirrafes consistoriales de los que suele ser testigo la sala por un programa musical tan variado como bonito, con melodías renacentistas de Francisco Guerrero, barrocas de Caccini, románticas de Mendelssohn y contemporáneas de Josu Elberdin y Albert Alcaraz.

Por la tarde llegó el grueso de actuaciones de esta Jornada Inaugural. Uno de los más esperados era, como cada año, el pequeño festival «Musika bai!», que se apoderó del Boulevard desde las 17:30. Musika bai! son unas colonias musicales que la Quincena Musical y Xabier Lizaso organizan cada verano y que este año se están celebrando en la misma Donostia. Los niños de entre 4 y 15 años participantes en el turno de julio cantaron, tocaron, bailaron y actuaron en el Boulevard para deleite de sus mayores y de los muchos curiosos que nos acercamos por allí.

Aunque en un día como el de ayer la música clásica está al alcance de casi todos, uno de los esfuerzos más loables que realiza la Quincena Musical en su Jornada Inaugural es el de acercarla también a aquellos que no pueden acceder a ella por su propio pie. Así, mientras el Boulevard se vestía de fiesta con los pequeños del «Musika bai!», el Oncológico recibía la visita de otro grupo de jóvenes, el formado por la Escolanía Easo y los solistas del Araoz Gazte Abesbatza, que entonaron piezas de Bizet, Britten, Aita Donostia, Sorozabal y Azpiazu. Y en otros puntos de la ciudad dos grupos vocales más, In Noctem y Voce Giovanni, llevaron arias, dúos y tercetos de Mozart, Verdi, Guridi y Bernstein a las residencias de mayores Villa Sacramento, Berra y Aldakonea.

e vuelta en el centro, llegó el momento de disfrutar de los resultados del Curso de Técnica Vocal que en los días anteriores habían impartido Ana Luis Chova y Rubén Fernández Aguirre, pianista habitual de los más importantes cantantes del Estado. El recital de fin de curso, que tuvo lugar en la Sede del Orfeón Donostiarra a las 19:00, permitió asomarse a los avances de los jóvenes talentos del canto en Euskal Herria y disfrutar de un buen número de conocidas arias y canciones.

A última hora de la tarde llegaron los espectáculos más importantes de la Jornada Inaugural. A las 20.00 fue el turno del Landarbaso Abesbatza, uno de los coros más notables de la tierra, que a las órdenes de Iñaki Tolaretxipi ofreció en la Iglesia de San Vicente un programa muy actual con obras de Elberdin, Busto, Esenvalds, Aranburu y Domínguez. Y media hora más tarde, en el espacio abierto del Paseo Nuevo, una nueva representación de «Otehitza gure artean», la producción estrenada en marzo en Ordizia por la compañía de danza Kukai y el grupo de teatro Tanttaka, en torno a la figura del artista Jorge Oteiza, pilar fundamental de la creación vasca, desaparecido hace ahora diez años.

Con la dirección artística de Mireia Gabilondo y la coreografía creada por Jon Maya, el espectáculo, celebrado junto a la «Construcción vacía» de Oteiza instalada en el Paseo Nuevo, contra el que resonaron las palabras y la poesía del escultor, fue el justo contrapunto contemporáneo al ballet «Romeo y Julieta» de Berlioz, que paralelamente estaba desarrollándose en el Teatro Victoria Eugenia por los bailarines del Malandain Ballet de Biarritz.

Romeo y Julieta vuelve hoy al teatro Victoria Eugenia

Esta tarde tendrá lugar la segunda representación del ballet «Romeo y Julieta» de Berlioz, que ya se pudo disfrutar ayer en el Victoria Eugenia en lo que supuso el regreso de la danza a la Quincena Musical, tras una edición ausente de su programación. La compañía de danza labortana Malandain Ballet Biarritz, bien conocida en Donostia tanto por sus colaboraciones con el Victoria Eugenia como con la Orquesta Sinfónica de Euskadi, son los encargados de dar vida a través del movimiento a esta historia basada en el clásico universal de William Shakespeare, en una producción que fue estrenada en el 2010 en el festival de danza Maitaldia de Biarritz, cosechando el favor tanto del público como de la crítica. M.C.

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