Tras un año de transición en la élite futbolística, aprendiendo lo que es la máxima categoría e incluso estrenándose como goleador en ella, Manu Onwu encara esta próxima temporada como la que puede ser decisiva en su trayectoria para consolidarse en la primera plantilla rojilla. La competencia va a ser dura con la llegada de Oriol Riera y Ariel Núñez, pero el valtierrano ya dejó patente su calidad en el Ciudad de Tutera, haciendo bueno lo de ser profeta en su tierra.

«Es un campo que conocía, no en vano jugué allí durante cinco campañas y sabía que iba a tener la posibilidad de meter, estaba convencido de que marcaría algún gol», comenta como si fuera una premonición el delantero navarro. En la capital ribera, el futbolista disputó uno de sus partidos más completos de pretemporada, no solo por anotar, sino porque también dio la asistencia del segundo gol, marcado por Cejudo.

«La verdad es que fue un partido bastante completo, importante porque conseguimos la primera victoria de este periodo de preparación y acabé muy contento por tener la suerte de anotar y dar el pase de la segunda diana», manifiesta el atacante ribero. Algo ya se intuía en las horas previas cuando «estuve hablando como mis amigos y compañeros, algunos me comentaron que aquí tenía que meter algún gol porque en este mismo escenario ya lo había hecho con anterioridad en un buen número de ocasiones. Estaba convencido de que era el día en el que iba a comenzar a anotar», explica.

Y la fe de Manu Onwu se extendió al resto del equipo cuando los rojillos se marcharon perdiendo al descanso. «En ese momento hablamos de que remontábamos fijo, de que íbamos a sacar adelante este partido, que no podíamos defraudar a la afición que había venido al campo y que, además, era contra un rival como el Zaragoza. Quisimos ganar y salimos a por ello», recuerda.

Doble cara del equipo

La escuadra navarra, en todo caso, no estuvo bien, al menos en la primera media hora del envite contra los maños. «Tuvimos muchas dudas a la hora de presionar y ellos dispusieron de la suerte de anotar en la primera ocasión clara que llegaron», reconoce. En la segunda mitad, el panorama cambió: «Empezamos presionando bien, tratando el balón y, a partir de ahí, llegaron los goles», relata.

Una doble cara, la de los rojillos, que se está dando más de lo deseado en estas pasadas semanas y que no debe repetirse una vez que comience la competición en serio o, de lo contrario, los de Mendilibar volverán a pasar lo mal. «Si ponemos todo de nuestra parte, tal y como hicimos en la segunda mitad, llegaremos bien al inicio liguero. Un buen test va a ser el de mañana contra un rival de Primera, como el Valladolid, para comprobar si estamos para competir», admite el ariete.

De momento, Manu Onwu está satisfecho con su rendimiento y las oportunidades que le está dando Mendilibar en esta pretemporada. «Me siento igual que los demás, te cuesta entrar en el trabajo porque vienes del verano, de descansar, pero poco a poco todos vamos a mejor. El míster está repartiendo los minutos y todos estamos jugando prácticamente lo mismo. Mi objetivo es trabajar al máximo para que, cuando comience la Liga, cuente conmigo», apunta. No será tarea fácil, pero parece que el valtierrano es consciente de que esta temporada será vital en su progresión futbolística.