La explosión provocada por un kamikaze en la comisaría de Quetta, la capital de Baluchistán durante el funeral de un responsable de la policía local, provocó al menos 38 muertos y más de cincuenta heridos, según indicó Mushtaq Sukhera, jefe de la Policía de Baluchistán.

«Se trata de un atentado suicida, nuestros valientes oficiales han sido mártires, pero vamos a continuar sacrificando nuestras vidas para proteger nuestra tierra natal», añadió.

En ese momento, en la mezquita en el interior de la comisaría, se celebraba el funeral de Muhib Ullah, que había muerto el mismo día con sus dos hijos y un conductor en otro ataque.

«Estaba en el interior de la mezquita y estábamos haciendo cola para el rezo cuando oí una potente explosión. He salido de la mezquita y he visto cuerpos muertos en el suelo», relataba el policía Mohammad Hafiz. «La mayoría de los cuerpos no eran reconocibles, había pedazos de carne y trozos de cuerpos por todas partes», afirmaba otro testigo a la cadena de televisión ARY News.

La muerte del policía Muhib Ullah fue anunciada por Fayyaz Sumbal, miembro de la dirección de operaciones tácticas y de investigación de la Policía de Quetta. Luego, el propio Sumbal murió en la explosión durante los funerales de su compañero. El atentado se produce cuando los paquistaníes musulmanes se preparan par celebrar el Aid el Fitr, la fiesta que marca el final del Ramadán.

Baluchistán es el escenario de la violencia contra la minoría musulmana chií, ataques de combatientes talibanes y la insurrección independentista.

En un ataque de los rebeldes del Ejército de Liberación de Baluchistán murieron el pasado martes 14 miembros de las fuerzas de seguridad después de que sus vehículos fueran interceptados en un falso puesto de control. Estos insurgentes se sublevaron en 2004 para reclamar la independencia de su territorio, que supone más del 40 % del Estado paquistaní, pero que permanece subdesarrollado.

El atentado de ayer en Quetta podría ser también obra de los talibanes paquistaníes del TTP, en lucha abierta con el Gobierno de Islamabad.

Los atentados kamikaze suelen ser uno de los modos elegidos por talibanes o por Lashkar-e-Jhangvi (LeJ), un grupo islamista antichií, pero no por los rebeldes baluches.