La remontada del Ibex le permite acercarse a sus máximos anuales de cierre, pese al gran número de malas noticias conocidas en la jornada de ayer. El empeoramiento de las previsiones del BCE para el crecimiento y el empleo de la eurozona, junto al hundimiento de la producción industrial en el Estado español durante el mes de junio parecían nubarrones difíciles de disipar. Tampoco pasaba desapercibida la llamada de atención del banco europeo sobre la escasa repercusión de los bajos tipos de interés en el impulso del crédito dentro de las economías de la periferia. Sin embargo, la conjunción del dinamismo inesperado en la economía china, en la que importaciones y exportaciones subían más de lo previsto en julio, y la buena marcha del mercado laboral en EEUU -las peticiones semanales de subsidio se mantienen- hicieron posible este nuevo paso adelante. Además contó con los bancos, que siguen ganando terreno según avanzan sus procesos de reestructuración y adaptación a la exigente regulación de Basilea III. El Ibex sumaba un 1,14% para alcanzar los 8.671,80 puntos, por lo que apenas le separan 50 puntos de su máximo anual. Las ganancias de Londres (+0,28%), Fráncfort (+0,70%) y París (+0,64%) fueron más modestas. En el Ibex, destacaron los saltos de Sabadell (+9,70%) y Popular (+6,09%). El resto del sector financiero también apoyaba al selectivo. Santander mejoró un 1,52%, y BBVA, un 2%, mientras que Caixabank y Bankinter se anotaban más de un 2%. En París, ArcelorMittal (+4,08%) lideró las subidas, frente a Cap Gemini (-1,12%), el peor de la jornada.