«Se han apropiado del trabajo ajeno y nos han faltado al respeto. Pedimos al PSOE o a sus diputados individualmente que reconsideren su posición». Ada Colau, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), explicaba ayer así la maniobra desarrollada desde Ferraz para presentar como propio el recurso que la agrupación pretende interponer ante el Tribunal Constitucional español para tumbar la ley 1/2013, presentada por el PP como una normativa para frenar los desahucios pero que responde a las necesidades de la banca y no de los afectados.

La PAH tiene hasta el 16 de agosto para formalizar la apelación. No obstante, para ello necesita la firma de 50 diputados, 50 senadores o el Defensor del Pueblo. Una cifra que no alcanza sin el concurso del PSOE, que anunció que presentaría su propio escrito. «Lo importante no es qué firma se estampa, sino ganarlo», llegó a afirmar Alfredo Pérez Rubalcaba.

Ferraz juega al despiste. Según relató Colau, la PAH se puso en contacto con todas las formaciones que avalaron su proposición de ley antidesahucios, tumbada por la mayoría absoluta del PP en febrero. De ellos, Izquierda Plural, Amaiur, ERC, Compromis y Geroa Bai ya han dado su apoyo. En total, 22 diputados. Cuando llegó el turno del PSOE, sus responsables plantearon la opción de añadir algún elemento extra en la exposición de motivos. Incluso llegaron a justificarse argumentando que no firmarían nada con Amaiur. Antes de que la PAH recibiese un borrador, la noticia de que el PSOE presentaría su apelación apareció publicada en «El País». A última hora de ayer, Ferraz todavía no se había puesto en contacto con la plataforma para presentar su proposición.

«No vamos a entrar en politiqueos», advirtió Colau, que llamó la atención sobre el «déficit democrático» que impide a la sociedad civil recurrir ante el TC sin el aval de un número importante de diputados. Ahora, la pelota está en el tejado del PSOE.