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«Haendel tenía capacidad para hacer cualquier cosa que se propusiera»

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Eduardo López Banzo

Director y clavecinista

La Quincena Musical clausura esta tarde su Ciclo de Música Antigua con otro conjunto bien conocido por el público donostiarra, Al Ayre Español, que llegará en un formato camerístico para presentar un programa titulado «To all Lovers of Musick», dedicado a las siete «Sonatas Op.5» de Georg Friedrich Haendel. El recital dará comienzo a las 18.00 en el Convento de Santa Teresa.

Mikel CHAMIZO | DONOSTIA

El clavecinista aragonés Eduardo López Banzo fundó Al Ayre Español en 1988, en un momento en que la música antigua daba sus primeros pasos en el Estado. Hoy es uno de los conjuntos referenciales en la interpretación históricamente informada, con una apretada agenda de conciertos que se extiende por toda Europa.

En una dinámica de programación que suele regirse por aniversarios y efemérides, ¿por qué han escogido ustedes este monográfico en torno a las «Sonatas op.5» de Haendel?

Precisamente porque siempre he evitado este tipo de excusas para crear programas, que son socorridas pero también fáciles. No me suele motivar el calendario sino otro tipo hallazgos, que en este caso ha sido una colección de música de cámara de primera magnitud a la que se le ha hecho muy poca justicia. En Al Ayre Español hemos prestado siempre mucha atención a Haendel, hemos profundizado en él, así que paralelamente a los «Concerti Grossi opus 6», que estamos tocando ahora, hemos querido presentar esta colección camerística compuesta en el mismo año, 1739.

La música de cámara de Haendel no es tan apreciada como sus óperas u oratorios. ¿A qué se debe?

Porque a Handel, por lo general, se le despide con aquello de que se copiaba a sí mismo y a otros. Esa es una visión decimonónica de la obra de Handel. Él no se comportaba como un compositor que creaba obras únicas y definitivas. Era un grandísimo músico con la capacidad para hacer cualquier cosa que se propusiera, y efectivamente el Opus 5 está repleto de materiales procedentes de otras obras, pero el tratamiento que hace de ellos es magistral. Es una recreación de un valor artístico inmenso y deberíamos quedarnos con eso en vez de plantearnos si es o no música reciclada.

¿Existe alguna dificultad específica al interpretar estas siete «Sonatas Op.5»?

La dificultad mayor es apropiarse de la forma que tenía Handel de enfocar su música. Él era sobre todo un improvisador y esto debe volcarse en el análisis de las obras y en su interpretación. Si no se tiene eso en mente su música de cámara sale sin la fuerza y vida que tenían en origen.

En su acercamiento a las sonatas ha jugado un papel importante el trabajo que realizó hace dos siglos un violinista bilbaino, hoy apenas recordado.

Efectivamente, parte de nuestra interpretación está inspirada en el trabajo que hizo en su momento el violinista Michael Rophino Lacy, de padre irlandés pero nacido en Bilbao. Fue un niño prodigio del violín que estudió con Kreutzer y Viotti, y un hombre de gran éxito con un amor inmenso por Haendel: interpretó, hizo arreglos e investigó a fondo su música. Y dejó un manuscrito, guardado en la British Library de Londres, con anotaciones sobre estas «Sonatas Op.5», con comentarios sobre cómo deben interpretarse. Parte de nuestro trabajo de reconstrucción está basado en esta partichela que él dejó, que nos ha servido para intentar acercarnos al original, pues Rophino estaba mucho más cercano en el tiempo a Haendel que nosotros.

Al Ayre Español fue fundado hace 25 años y jugó un papel importante en la implantación de la música antigua en el Estado, al presentar unos estándares de calidad mucho más altos de lo habitual en los 90. ¿Ha mejorado la vida musical antigua ?

En efecto, en los primeros años de Al Ayre Español tuve que colaborar con muchos músicos extranjeros, en parte porque yo vivía fuera y también porque no había músicos españoles en todos los instrumentos que pudieran dar el nivel que exigía. Era normal, en España acabábamos de entrar en el mundo de la música antigua y faltaban los contactos, el movimiento, el caldo de cultivo para una vida musical fuerte. Por fortuna en estos 25 años se han multiplicado las excursiones de músicos de aquí a Europa y hoy el panorama es fuerte, comparable al de cualquier otro país de Europa. En el seno de Al Ayre Español ahora conviven músicos españoles y extranjeros, como en la orquesta que Haendel tenía en el Haymarket de Londres, formada por ingleses, franceses, italianos, alemanes... Es una idea preciosa, que se da en el seno de casi todas las orquestas de instrumentos antiguos.

 
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