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CRÍTICA Quincena

Vespone enfurecido

Lugar y fecha: Donostia, Teatro Victoria Eugenia. 7/8/2013. Programa de la jornada infantil: «La serva padrona» de Giovanni Battista Pergolesi. Intérpretes: Sara Rosique (Serpina). Pau Bordas (Uberto). Adrían Schvarzstein (Vespone). Ensemble Le Tendre Amour.

Mikel CHAMIZO

Vespone, el criado del solterón Uberto, es un personaje mudo de la «Serva padrona», la ópera buffa de Pergolesi estrenada en 1733. Es un mandado: su amo le encarga que le busque una novia, pero Serpina, la sirvienta, lo utiliza para engañar a Uberto y que éste se case con ella. El pobre Vespone hace lo que le dicen sin abrir la boca, es casi una pieza más del mobiliario. Sin embargo, en esta «Serva padrona» de la compañía Le Tendre Amour, pensada para niños, Vespone se convierte en el motor de la función. Recibe al público con una trompeta; explica unas normas de educación que él, por supuesto, se salta; rapta a una señora y le levanta la falda; saca a otra a bailar y pone a un señor del público a limpiar toda la basura que él ha desperdigado por el escenario; también come chocolate con bizcochos, que en el descanso reparte entre los niños de la sala... Vespone es el grandísimo bufón que sirve de gancho para los más pequeños, mientras Serpina y Uberto siguen adelante con su mundana historia de amor entre el torrente de travesuras del criado. La idea consigue, claro está, entretener a los niños, que se partieron de risa con Vespone, pero por otra parte distrae en exceso de la música y del libreto, de la ópera en sí misma, que parece aquí algo secundario entre tanta payasada. Y fue una pena, porque estuvo muy bien cantada y tocada, algo que no siempre se da en los espectáculos infantiles.

 

 
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