La localidad de Fustiñana se encontraba ayer «consternada» al conocerse la muerte, de madrugada, de Ángel Jarauta, vecino de Murchante de 78 años que llevaba cuatro días ingresado por la cornada de una vaquilla. Fue empitonado cuando trataba de refugiarse en el burladero. Imágenes de prensa lo captaron segundos antes en el recorrido, presenciando el encierro, en el que al parecer era habitual, apoyado en las tablas tras las cuales no consiguió cobijarse.

En declaraciones a Efe la teniente de alcalde de Fustiñana, Yugo Aguirre, mostró su pesar por el desenlace, pero descartó cualquier negligencia en la infraestructura y atribuyó la cogida a la fatalidad.

«La cogida no fue aparatosa, pero sí lo levantó del suelo un metro», dijo la edil de Fustiñana. Tildó las imágenes de «impresionantes» y explicó que «ya se vio desde el primer momento que era muy grave, a lo que se ha unido la edad del herido».

El vecino de Murchante fue ingresado inicialmente en el Hospital Reina Sofía de Tudela, si bien el sábado se le trasladó hasta el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) en Pamplona al empeorar su situación. El cuerno le afectó a zonas como el páncreas.

Aguirre explicó que que durante estos días el alcalde de Fustiñana, Juan Antonio Sola, ha estado en contacto con la mujer y el hijo de Jarauta, quien era conocido por su afición a este tipo de festejos y quien tenía familia en Fustiñana, desde donde acudirá a los funerales una representación municipal.

«El pueblo está consternado, todo el mundo pregunta por lo sucedido y estamos dolidos por el final. Es una cosa que no nos hubiese gustado que pasara», indicó la teniente de alcalde.

La cogida se produjo durante el encierro vespertino de Fustiñana, en torno a las 19.00.