Raphael Holzdeppe se proclamó campeón mundial ante un Renaud Lavillenie impotente que deberá esperar para alcanzar el único oro que le faltaba. Como en tantas ocasiones un alemán se cruzó en su camino, pero esta vez no fue el veterano Björn Otto, tercero con 5,82 metros, sino el joven de 23 años que se colgó el bronce en Londres. Se repite el podio olímpico aunque los tres cambian de metal.

Holzdeppe y Lavillenie franquearon el listón en 5,89, pero el mayor número de fallos condenó al cuatro veces campeón europeo y actual olímpico al segundo puesto. Con marcas discretas, sobre todo para el único hombre que esta temporada se ha elevado por encima de los 6 metros, y que en su anterior actuación se vio tan seguro que incluso atacó el récord de Bubka sin resultado.

Esta vez fue todo lo contrario. Impotente, él mismo reconoció su mal concurso, mientras su hermano pequeño Valentin se quedó sin marca en su debut después de no poder sortear los 5,55 iniciales. Fue un mal día para la familia. El campeón aún se está haciendo a la idea.

Esta tarde está programado el concurso femenino, a priori muy interesante y con el valor sentimental añadido por ser la despedida de Yelena Isinbayeva. Tiene 31 años, quiere tener hijos, pero el domingo tras la calificación puso en duda esa retirada que ella misma ha confirmado. «No pienso sobre el final de mi carrera porque soy Géminis. Los Géminis cambian de opinión muy fácilmente», señaló.

El último guiño de Isinbayeva

El adiós perfecto pasa por colgarse su tercer oro en el Mundial al aire libre, algo que la doble campeona olímpica no alcanza desde 2007. Su último título fue en Estambul'2012, aunque en pista cubierta y hay que trasladarse a Beijing'2008 para verle guiñar el ojo desde lo más alto del podio.

Durante prácticamente toda su carrera, la siberiana ha luchado contra ella misma, nadie manejaba sus alturas, ni sus pértigas. Era inalcanzable. Tanto como las 25 plusmarcas que Isinbayeva ha llegado a batir entre las competiciones al aire libre y bajo techo. No llegará a superar a Bubka, que acumuló 35 récords, pero nadie le va a quitar el mérito de haber sido la primera en derribar la barrera de los 5 metros. Sus 5,06 metros, son el tope femenino. No está mal para aquella gimnasta de Volgogrado que cambió de deporte porque era demasiado alta y tiene un lugar de honor en la historia del atletismo.

Tumbada en la cancha, tapada bajo una toalla esperaba eternamente a que terminara la última saltadora para entrar en escena. Ha llegado a ganar competiciones incluso con un solo salto. Ahora sí tiene rivales. Esa es la buena noticia. Una estadounidense y una cubana le desplazaron al bronce en Londres'2012 y pondrán emoción en su despedida.

Ambas han crecido centímetros. La campeona olímpica Jennifer Sur le arrebató el récord bajo techo (5,03) y llega como segunda del ranking con 4,80. La subcampeona Yarisley Silva lidera el 2013 con 4,90. También puede darle un disgusto la brasileña Fabiana Murer, que defiende título, y es muy competitiva aunque acuda con 4,71.

Isinbayeva se presenta en el mismo escenario que recientemente acogió sus campeonatos nacionales con 4,78. Su fiel Trofimov -el técnico que le enseñó su exquisita técnica y al que abandonó en un momento complicado, para luego volver a recuperarle- dice que en los entrenamientos está saltando mucho. Apuesta por ella. Si termina con su espectacular voltereta será buena señal.