Arkaitz Rodriguez, preso por el proceso político «Bateragune», está desde el viernes en el Hospital Donostia, donde se le realizarán una serie de pruebas de diagnóstico. El traslado desde la cárcel de Logroño, donde se halla encarcelado junto a Arnaldo Otegi, se ha producido dieciocho meses después de que sufriera los primeros síntomas de un problema físico cuyo motivo aún se desconoce pero que le ha impedido incluso andar.

Según confirmaron a GARA fuentes familiares, el joven padeció los primeros dolores, en la zona del talón de Aquiles, en febrero del pasado año y estos se han agudizado progresivamente hasta extremos insoportable. Tampoco puede caminar y debe apoyarse en muletas incluso para llegar de la celda a la ducha.

En este año y medio ha sido conducido varias veces al Hospital de Logroño, a consultas tanto de Neurología como de Traumatología, pero sin lograr un diagnóstico concreto de su dolencia. Las excepcionalidades de la cárcel han hecho que todo este proceso se haya visto entorpecido continuamente. Al final, y tras sucesivos recursos, se le ha permitido ser llevado al Hospital Donostia, donde los médicos se han comprometido a continuar realizando pruebas hasta detectar su enfermedad.

Del escrito del juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, se desprende que no se trata de un traslado a Martutene, la prisión correspondiente a su localidad natal de Donostia, sino únicamente de una conducción al hospital guipuzcoano para su valoración médica.

Todo ello se produce, cabe recordar, cuando la condena dictada por el «caso Bateragune» se encuentra pendiente del Tribunal Constitucional, al que ha sido recurrida. Esta instancia denegó la puesta en libertad cautelar de Rodríguez y el resto, pese a que ya han cumplido casi cuatro años de los seis de prisión que les fueron impuestos.