Las FARC y el Gobierno colombiano regresaron ayer a la mesa de diálogo tras la «pausa» anunciada el viernes por la guerrilla en protesta por el proyecto de ley presentado el jueves de forma unilateral por el presidente, Juan Manuel Santos, para hacer coincidir el referéndum sobre un eventual acuerdo para la terminación del conflicto con las elecciones legislativas de marzo o las presidenciales de mayo.

El jefe de la delegación de la guerrilla, Iván Márquez, reiteró su rechazo a esta iniciativa presentada ante el Congreso por su carácter unilateral y por no haberse tratado en la mesa de conversaciones.

«Un acuerdo de paz no es asunto que se pueda resolver o definir de manera unilateral, así como el mecanismo de refrendación no es aspecto que pueda ser resuelto solamente por el Gobierno. Tomarse esas atribuciones es flagrante violación del acuerdo general firmado en La Habana -hace ahora un año-. La circunstancia de presentar ante el Congreso un proyecto de ley que prepara el terreno para imponer un mecanismo nodal para el proceso, sin discutirlo con la otra parte, expresa una situación de hecho que ni se comparte ni se acompaña», destacó.

«En la mesa debe prevalecer el principio de igualdad. Ceder atribuciones es colocarnos en condición de inferioridad respecto a la otra parte en el conflicto que ya aceptó responsabilidades derivadas de él».

Se preguntó por qué el Gobierno le tiene «miedo» a la Constituyente que reclaman las FARC. «Nosotros no le tenemos miedo. Es el mejor camino porque en dicho escenario sí se logra todo lo que puede garantizar la duración de la paz, como la reforma política, económica, electoral etc. ¿Por qué no se le dice al país claramente cuál es la paz con que sueña el Gobierno? ¿Cuál es el argumento para frenar los cambios institucionales que pueden ser garantía de paz?», insistió.

«La manera en la que se convocaría la Constituyente debe dejarse para el punto 6 «Implementación, verificación y refrendación». Lo mismo la forma como se habrá de lograr la seguridad jurídica de lo acordado», añadió Márquez.

«¿Por qué aplazar lo fundamental? ¿Un proceso de paz no es acaso el momento para modificar instituciones? ¿Pueden darnos un argumento creíble, aparte de la manifestación de que ahora no pero más adelante sí? ¿De cuántas promesas y proyectos aplazados están llenos los capítulos de la historia nacional? ¿No está acaso un país entero volcado en las calles exigiendo transformaciones inmediatas, como consecuencia de una política neoliberal fallida?», reiteró.

Parafraseando a Santos, Márquez advirtió que «el pueblo está perdiendo la paciencia».