GARA > Idatzia > Iritzia> De reojo

Raimundo Fitero

Retorno

 

Estamos en el tiempo de las reformas presupuestarias y las buenas voluntades que nos ayudan a pensar en cambiar ciertos hábitos cotidianos para mejorar nuestra salud, apuntarnos a cursos, cursillos o universidades y demás signos del cambio de tercio. Más o menos empezamos el retorno a ningún sitio porque normalmente no nos habíamos movido, políticamente hablando. Pero sí se notan que estas lluvias huelen a nostalgia y que se empiezan a acumular artículos y reportajes sobre el denominado síndrome post-vacacional.

Para ir calentando este pre-otoño, nos enteramos de que los sobrecostes de la Y griega vasca ascienden ya a cuatrocientos treinta y siete millones de euros y todavía no se ha ejecutado ni la mitad de la obra de infraestructuras más inútil y sospechosa. Si aquí se aplica la teoría catalana, el tres por ciento de esta cifra como comisión pactada, da para muchas alegrías en algunos partidos políticos muy obsesionados en seguir con ello aunque sea para hacer una pifia total y absoluta porque no va a servir para nada si esos carriles sobre pagados hasta límites penales nacen en Hondarribia y mueren en Ribabellosa o Bilbao. Sin conexión con nadie más, serían los trenes de cercanía más ridículos y caros de la galaxia.

No obstante llevo analizando la aparición del jefe de la banda organizada con algunos de sus capos regionales paseando por un paraje gallego y no acabo de salir de mi asombro. ¿Quién le aconseja hacer esas apariciones tan forzadas, tan propios de un infantilismo comunicativo que roza lo patético? ¿Alguien se cree que con estos montajes visuales de campaña interna van a solucionar su mala imagen externa? Buscan apretar sus filas porque sienten que la militancia de base y algunos cargos electos de ayuntamientos y parlamentos regionales empiezan a sentirse avergonzados. Temen una implosión en sus sedes. Por eso montan follones externos, buscan enemigos seculares y salen a pasear de uniforme. ¿Se han fijado que todos salen con pantalón vaqueros y camisa abierta? Unos modernos. Ya ha aparecido Carlos Floriano con su pelo cardado y su verbo descarrilado. No salía en la otra foto y anda inquieto. Otro síntoma del retorno.