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Txerra Bolinaga Etxebarria | Eleak mugimendua

Una nueva gota de solidaridad desobediente

Un muro de agua que refresque a las personas imputadas y reviva nuestros derechos civiles y políticos frente a este bochorno represivo que hace el aire irrespirable, que ahogue a los agresores bajo las olas del compromiso

Se acerca el fin del período vacacional y el nuevo curso asoma la cabeza. Como tantas otras veces en nuestro pueblo, está siendo una época clarificadora en cuanto a la situación de las libertades básicas. En dos palabras, continúan de vacaciones y alejadas de estas tierras.

La ilegalización de los nombramientos de la txupinera de Bilbo y del pregonero de Laudio, o los vergonzantes castigos judiciales recibidos por «los cinco de Estafeta» a raíz de la huelga general, entre otras cosas, nos recuerdan que cualquier mínima disidencia, cualquier expresión popular está en el punto de mira. Nada nuevo bajo el cielo.

Sí hemos conocido, en cambio, nuevos pasos represivos a tener en cuenta. Hace ya un mes desde que los jóvenes de Barañain Luis y Xapo decidieron esconderse. Ocultos para visibilizar su situación y la de muchas más, con la intención de ayudar a generar las condiciones para construir un nuevo muro popular en Iruñerria. Gasteiz, Bilbo, Orereta, Donostia, Ondarroa... la dinámica popular continúa haciendo camino. Hemos repetido en más de una ocasión que a medida que nosotras diésemos pasos desobedientes, debíamos prever nuevos pasos represivos como respuesta. Y ya han comenzado a darlos. Han llegado numerosas multas a raíz de distintas movilizaciones y comparecencias en Iruñea y Barañain. El vecindario de este último pueblo ha denunciado que sus calles están tomadas por la Policía. Se supo de las órdenes de detención antes que de las penas a las que habían sido condenados, con la clara intención de evitar la formación de un nuevo muro popular. Y, más grave aún, la Policía registró un domicilio de Barañain en busca de Luis y Xapo. Con la intención de asustar a todas aquellas personas que estén dispuestas a practicar la solidaridad desobediente por lo visto, porque sabían perfectamente que Luis y Xapo no se encontraban allí.

Nos golpean porque el camino que estamos andando está dando algunos frutos, es cierto. Pero no lo es menos que actúan de manera tan impune porque pueden, porque estos ataques no les generan costos. ¿Qué hacer entonces? Profundizar en el camino, proponemos nosotras. En la desobediencia, pero también en su carácter popular, público y masivo. Para que cada nuevo golpe represivo se transforme en catalizador de pasos más desobedientes y masivos. Al fin y al cabo, una de las claves del éxito de cualquier lucha desobediente pasa por transformar la influencia de la represión en el movimiento: de elemento que viene en descuento de la dinámica, en elemento que suma y la refuerza.

Tenemos que construir el muro popular impenetrable mediante la autoorganización, desobedeciendo, organizando nuestros odios y nuestros cariños, haciendo uso de la imaginación y el humor, tan contundentes hacia afuera como dulces hacia adentro. Piedra a piedra, pueblo a pueblo, no solo desde Iruñerria, multiplicando los epicentros de construcción e intensificando su ritmo. A partir de septiembre se nos dispararán las opciones para hacerlo. Se celebrará en Bilbo el juicio contra los grebalaris de Deustu, comenzará en Madrid el proceso 35/02 contra 36 ciudadanas vascas, se juzgará también a 40 jóvenes independentistas. Son 43 localidades de Euskal Herria las que cuentan con alguna persona imputada en estos juicios. Se realizarán llamamientos para organizar la protección de las personas encausadas y de los derechos agredidos. Atentas a las convocatorias y manos a la obra.

Son alrededor de 260 personas pendientes de ser juzgadas o en espera de sentencia. Y serán cientos más en el futuro si no logramos la suficiente presión popular para evitarlo. Porque si no acabamos con las políticas de excepción que las posibilitan, estas injusticias nunca pasarán de presente a pasado.

El 1 de septiembre os invitamos a poner entre todas una nueva piedra. Perdón, en esta ocasión, una nueva gota. Levantaremos un muro popular de agua en el puerto de Donostia. Representaremos el Ur Harresia.

Todas las personas imputadas, quienes hacéis vuestro su delito, quienes sin hacerlo vuestro entendéis que lo que es delito en los juzgados es en realidad un derecho, quienes entendéis que lo que está en juego en realidad es el propio derecho a la disidencia, quienes comprendéis como nosotras que la defensa de este derecho nos atañe a todas en conjunto, para que luego cada cual lo practique en la dirección que le parezca más oportuna -para disentir en lo identitario, en lo socioeconómico, en lo educativo, en lo sexual, respecto a la lógica desarrollista o en lo que nos venga en gana-.

A todas vosotras os dirigimos la invitación a levantar el Ur Harresia este domingo. Un muro de agua que refresque a las personas imputadas y reviva nuestros derechos civiles y políticos frente a este bochorno represivo que hace el aire irrespirable, que ahogue a los agresores bajo las olas del compromiso.

Piedra a piedra, pueblo a pueblo; gota a gota, puerto a puerto.

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