Han quitado de nuestras pantallas y calles un anuncio de Loterías del Estado por sexista. El eslogan decía «Uno de cada tres quiere tocarte. ¡Déjate!», y se acompañaba de unas imágenes no apropiadas que llevaban directamente a hacer esa asociación de contenido sexista o de inducción al abuso. Me parece bien que una denuncia pública lleve a esta rectificación, pero aquí concurren más de una circunstancia que lo hace realmente significativo. Y es que se trata de un anuncio oficial, del Estado, y se supone que se reciben propuestas publicitarias de las que sale la decisión final. Y alguien, solo o en compañía de otros, la tomó. Quién sea, debería asumir toda la responsabilidad en el caso, al igual que sus superiores orgánicos. Pero mirado desde otra perspectiva y haciendo una fragmentación del mensaje, parece un magnífico spot de campaña de concienciación de la banda organizada. Ese déjate, es la consigna que lanzan a toda la ciudadanía. Si hay recortes, abusos hipotecarios, escándalos bancarios, malversación de fondos, prevaricación, financiación ilegal, connivencias con traficantes de drogas, no te quejes, déjate maltratar, abusar, toquetear en tus interioridades democráticas más íntimas. Estamos en una escalada de totalitarismo desde la banda organizada y se ríen de jueces, políticos, ciudadanos, y todo aquel que se ponga por delante. Especialmente esa ruina de oposición que no se entera de nada. Déjate robar, quitar derechos, recibir amenazas de muerte -esa consigna sobre la fosa común para toda la izquierda abertzale debería estar en manos del fiscal general- pero mirará a otro lado, como no le interesa mirar a la proliferación de cachorros fascistas exhibiéndose en sedes de la banda organizada cuyo portavoz endosa el millón de muertos del golpe militar franquista a la República. O nadie dice nada cuando entregan dos ordenadores manipulados, con el disco duro destruido o vaciado al juez del caso Bárcenas. Son un peligro real que están destruyendo lo poco que existía de democracia. La mierda de transición se está pagando ahora que se pasean por las calles y platós con la camisa nueva estos fachas y te dicen a gritos, déjate. Pues no me dejo.