Por las carreteras extremeñas entre Guijuelo y Cáceres hubo un protagonista casi hasta el final, el alemán Tony Martin, escapado desde el primer kilómetro de la etapa con una fuga de 175 kilómetros que fue echada abajo a escasos diez metros de la pancarta de meta.

El corredor del Omega se quedó sin premio aunque, según explicó en la llegada, inicialmente solo quería evitar que su equipo trabajara. «Tenía previsto atacar de salida, coger distancia y evitar que mis compañeros tuviesen que trabajar para controlar la carrera antes del sprint», precisó el germano.

Equivocadamente pensó que algunos corredores le seguirían en la escapada, pero nadie le persiguió. «No creía que pudiese estar tan cerca de la victoria final, hasta los últimos kilómetros no pensaba que pudiese ganar la etapa», confesó.

En realidad le faltó poco pero sintió que había realizado algo especial. «Me di cuenta tras cruzar la meta, todo el mundo quería hablar conmigo. Aunque fue agridulce, me sentí como un ganador, pero si hubiese tenido un poco más de suerte...», admitió.

Después siguió filosofando. «La línea entre hacer algo genial y perder es muy estrecha en este deporte. Pero me sentí genial delante del público al recibir el premio de la combatividad. Nunca había hecho nada igual, una escapada tan larga... Lo recordaré durante mucho tiempo», señaló el alemán.

Vincenzo Nibali se fijó en Tony Martin. Al líder de la Vuelta le impresionó la actuación del ciclista germano, el gran protagonista. «En principio se trataba de una etapa tranquila y de una oportunidad para los velocistas, pero se rodó rápido todo el día porque Tony Martin estuvo muy fuerte», señaló el corredor del Astana.

Según explicó en meta el ciclista siciliano, «la actuación de Martin ha sido impresionante, pero era difícil que llegara. El final era muy nervioso por temor a las caídas, y eso te obliga a estar atento en cabeza», aseguró el Tiburón de Mesina.

Raro para Morkov

Hubiera sido una hazaña para el recuerdo, pero lo evitó Michael Morkov, el campeón de Dinamarca, un anónimo campeón del mundo en pista en 2009. El corredor del Saxo ganó la sexta etapa y a continuación recordó en la rueda de prensa posterior su decepción por no ir al Tour para el que se preparó «muy bien» y no le llevaron. Aquello le dolió, pero gracias a ese trabajo está «tan bien» en la Vuelta.

El danés explicó su táctica: «Me coloqué a rueda de Cancellara y no sabía cuándo acelerar, hasta creía que había medido mal mi distancia, pero hacía un poco de viento a favor y eso me permitió ganar». Añadió más detalles: «Ha sido extraño lo de hoy -por ayer- porque nunca me había visto disputando un sprint tan masivo, pero como en el equipo no había nadie más rápido yo tenía esa misión». Como no podía ser de otra manera también admitió su alegría: «Estoy muy satisfecho por este triunfo, el equipo está motivado y tiene mucha tranquilidad tras la victoria de Roche el otro día».