El artista alavés Iñaki Larrimbe bucea por el turismo cultural con una exposición en el Museo Artium en la que el público puede bañarse en una piscina de palomitas, elaboradas sin sal y sin aceite, para que el chapuzón no deje huella. La muestra «Feria», abierta desde mayo, tiene otra singularidad: un contador anota las visitas. De la cifra dependerá la cantidad que el artista vaya a cobrar por su trabajo.

El acuerdo con la pinacoteca es que Larrimbe perciba un euro por persona que acude y, a falta de un día para su clausura, las visitas se aproximan a las 4.000. Este contador colocado a la vista del público es una forma de cuestionar el discurso de las instituciones, que buscan rentabilizar las inversiones en cultura en función del número de visitantes, explicó ayer Larrimbe a Efe.

Otra curiosidad es la posibilidad de que irse a casa con una obra de Larrimbe debajo del brazo tras haberla adquirido en una máquina expendedora instalada en el Artium, que funciona de forma similar a las de refrescos o de alimentos. Por 100 euros y mediante tarjeta de crédito, se pueden comprar los los bocetos originales.