Carlos Gil Peña Padre de Argia Ikastola
Badira, bagara: moros en la niebla
Nosotros sí, somos moros en la niebla. Una niebla que se aferra a los sotos del Ebro y nos hace melancólicos en las mañanas de invierno. «Mañanas de niebla tardes de paseo» solemos decir, porque somos optimistas
Estimado Sr. Sarrionandia: Argia Ikastola, la ikastola más al sur de Euskal Herria, me ha encargado enviar las invitaciones para el estreno de nuestro documental: «Badira, bagara» (www.badirabagara.com) y su nombre aparece en el listado de euskaltzales nobles que siempre nos han ayudado y queremos homenajear en ese acto.
Ocurre que soy incapaz de hallar su dirección de correo electrónico o postal, ni siquiera su teléfono. Entiendo que es usted uno de esos «Contrabandistas de Ilargizarra» a quienes se refiere Marc Legasse y que no siempre quieren ser encontrados cuando se les busca. Respetamos claro está su decisión, pero aun así queremos invitarle. ¡Su presencia es muy importante para nosotros!
En primer lugar porque Marta, Itxaso y Olatz, cuando por primera vez nos enseñaron su trabajo: «Badira, bagara», lo hicieron con una poesía suya. En segundo lugar porque su presencia significaría que el cambio político en este país sigue adelante, que ya nadie teme hablar de paz y que el euskera dejará de ser un juguete en manos de los políticos, en definitiva, que la Ley del Vascuence desparecerá.
El fin de la Ley del Vascuence es la única garantía de futuro para nuestra ikastola, único centro educativo en euskera para una población de más de 90.000 habitantes. El proceso de investigación realizado para documentar «Badira, bagara», puso de manifiesto que el euskera es una de las víctimas (no la única, por cierto) del periodo de confrontación armada en la Ribera. Perseguido y anatemizado o utilizado como bandera privativa... lo cierto es que el euskera en las márgenes del Ebro, perdió en los años ochenta del pasado siglo el estatus de normalidad con que se venía desarrollando desde que en 1970, Carmen Albisu comenzara su recuperación.
Es el momento de que muchas cosas cambien. Construir un amplio marco de convivencia es incompatible con la existencia de zonas de sombra, de zonas de conculcación de derechos, de zonas calificadas por ley como: «no vascófonas». Es preciso por tanto incorporar a la agenda de los políticos, la recuperación de los derechos lingüísticos para todos y todas.
Lo único que pedimos Sr. Sarrionaindia, es que nuestros hijos e hijas en Villafranca, Arguedas o Monteagudo, tengan los mismos derechos que quienes viven en Labastida, Zizurkil o Bera.
La discriminación lingüística que sufren nuestros hijos, no es un problema de la Ribera o de Navarra, es un problema de todo Euskal Herria, es un problema de normalización democrática.
Nosotros sí, somos moros en la niebla. Una niebla que se aferra a los sotos del Ebro y nos hace melancólicos en las mañanas de invierno. «Mañanas de niebla: tardes de paseo» solemos decir, porque somos optimistas.
Por eso Sr. Sarrionandia, no desesperamos de su regreso, ni del fin de la Ley del Vascuence, afrenta y vergüenza para todo pueblo culto.
Reciba estimado amigo un abrazo de los descendientes de Musa Ibn Musa, Rey del Ebro, hijo de Oneca, hermanastro y aliado fiel del rey Eneko Aritza.