UPN, PSN y PP condenan la ikurriña gigante del chupinazo de San Fermín
El Pleno de Iruñea «condenó» ayer la colocación por parte de unos desconocidos de una ikurriña en la Plaza del Ayuntamiento instantes antes del chupinazo de San Fermín. La votación volvió a dibujar dos bloques dentro del Consistorio, dado que PSN y PP prefirieron sacar adelante una moción presentada por UPN, frente a Geroa Bai, Aralar, I-E y Bildu, que habían presentado un texto alternativo.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
La ikurriña que colgaron antes del chupinazo unos desconocidos disfrazados con barbas postizas y gorros de paja sigue suscitando polémica. Al retomarse la vida política dentro del Ayuntamiento, UPN presentó una moción de «condena» de estos hechos, a raíz de los cuáles el alcalde decidió retrasar el inicio de los sanfermines, algo inédito. Los concejales de PSN y PP hicieron que la propuesta prosperase. Los tres partidos hicieron valer su mayoría frente a las fuerzas opositoras de Geroa Bai, Aralar, Bildu e Izquierda-Ezkerra, que consideraban la condena y los términos de la moción como excesivos. Su texto alternativo contenía, además, una petición para que se modifique la ley de símbolos de cara a un mejor entendimiento entre las diferentes identidades.
La moción aprobada sostiene que colgar esa bandera supuso «un ataque a nuestra realidad institucional, un ataque a nuestra libertad, un grave riesgo para los asistentes y una vulneración de la legalidad vigente». Para UPN, «una vez más, una minoría radical quiso aprovechar un momento festivo como son los sanfermines para imponer sus símbolos nacionalistas al conjunto de los ciudadanos, que apuestan por vivir sus fiestas con normalidad aparcando las diferencias políticas». El texto aprobado incluye también que la colocación de la bandera supuso poner en peligro a todos los presentes, porque las consecuencias de la exhibición de la enseña fueron «imprevisibles».
El concejal del PSN, Jorge Mori, aseguró que «la ikurriña, como todo, se puede reivindicar durante todo el año, pero no se puede reivindicar como se hizo». Esta formación era la encargada de lanzar el cohete (honor que recayó en el edil Manuel Val), y su portavoz aseguró que el retraso se debió a que «había problemas de seguridad».
Por parte del PP, Cristina Sanz aseguró que la ikurriña «no es la bandera de esta ciudad, ni de esta comunidad» y, por tanto, «no existe ninguna justificación para no condenar este hecho».
Argumentos para el «no»
Bildu negó que la colocación de la ikurriña supusiera peligro alguno para los presentes, recordando que «ni tapaba toda la fachada, ni estaba pegada al balcón». A su juicio, el verdadero motivo del retraso fue de corte «ideológico y político». Asimismo, Eva Aranguren aseguró que, tanto ella como el resto de compañeros de Bildu fueron insultados «por parte de los miembros del equipo de Gobierno» durante los tensos instantes que se vivieron en los salones del ayuntamiento desde que se colgó la bandera y hasta que se lanzó el cohete, a las 12.18 horas.
Por su parte, Uxue Barkos (Geroa Bai) consideró que la votación de ayer fue una pantomima para acallar otros temas mucho más importantes para el Ayuntamiento y ocultar la «vergonzosa» gestión del alcalde. Barkos confesó que no le «convenció» el despliegue de la bandera, pero tampoco «la manera de arrancar de UPN con esta moción». Aritz Romeo, de Aralar, comparte la tesis de que fue una cortina de humo.
La única concejal de Izquierda-Ezkerra negó que se tratara de ataque alguno a la libertad navarra y animó a abrir un debate sobre las diferentes identidades existentes.
El día en que ocurrieron los hechos, se informó de que se había iniciado la búsqueda de los autores por un «presunto delito» de desórdenes públicos. No se ha producido todavía ninguna detención.
La concejal de UPN, María Caballero, culpó a Bildu de la colocación de la ikurriña. No obstante, los responsables directos de de la acción negaron su vinculación con Bildu en una entrevista concedida a GARA.
La entrega del centro de FP de Donapea a la universidad del Opus se cerrará probablemente el próximo mes de diciembre, según adelantó Yolanda Barcina. La congregación religiosa está muy interesada en esos terrenos, puesto que están muy cercanos a su complejo universitario y podrían revalorizarse enormemente si se cambia de ubicación la estación de trenes de Iruñea (un proyecto que está en marcha vinculado a las obras del TAV), ya que el centro Donapea linda con los terrenos afectados por la nueva estación. La oferta que ha realizado el Opus a UPN para quedarse con estos terrenos es la instalación de tres centros de investigación en Bioingeniería, Nutrición y Enfermedades Olvidadas y la promesa de que se crearán unos 400 puestos de trabajo en diez años. El problema está en que el Ayuntamiento de Iruñea no está de acuerdo en ceder esos terrenos. El Gobierno intentará saltarse este veto utilizando la figura de un Plan Supramunicipal (PSIS). El empleo de esta vía resulta polémico, dado que los PSIS se utilizan cuando el proyecto afecta a varios municipios y tiene un interés general. En este caso, el único ayuntamiento afectado es el de Iruñea. Y el interés general es discutible A.I.