La organización salafista tunecina Ansar al Sharia ha declarado su fidelidad a los grupos yihadistas y advierte a las autoridades de que «están arrastrando al país a un baño de sangre». El comunicado, publicado a última hora del miércoles por Tunisia Live, llega en respuesta a la decisión del Ministerio de Interior de catalogar al grupo como «organización terrorista».

Acusa al Ejecutivo de buscar un pretexto para permitir una intervención «directa» de EEUU en Túnez y niega vínculos con Al Qaeda en el Magreb Islámico.

No obstante, recuerda que su «lealtad» a Al Qaeda y «al resto de grupos yihadistas fue declarada desde el primer día».

La semana pasada, el ministro del Interior, Lofti ben Jeddu, aseguró que la organización tiene vínculos con AQMI. «Tenemos pruebas de que Ansar al Sharia tiene lazos con AQMI y con Okba Ibn Nefaa», dijo, antes de especificar que «toda persona que financie, ayude o pertenezca a Ansar al Sharia será perseguida por las autoridades».

El Gobierno, en manos del islamista Ennhada, ha responsabilizado a este grupo de la muerte de dos dirigentes de la oposición y de varios soldados en febrero y julio.

En marzo, el líder de Ansar al Sharia amenazó con derrocar al Ejecutivo, apenas un día después de que el primer ministro, Alí Laarayedh, le acusara de introducir armas de forma ilegal en el país.

El portavoz del Ministerio del Interior, Mohamed Alí Arui, afirmó que las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades han desvelado «fuertes lazos» entre las muertes de los opositores Chokri Belaid y Mohamed Brahmi, los enfrentamientos en el monte Chaambi, ubicado cerca de la frontera con Argelia, y el tráfico de armas en el país.

«Muchos de los sospechosos del tráfico de armas y de la planificación de atentados pertenecen a la rama militar de Ansar al Sharia», indicó el director de Seguridad Pública, Mustafá Taieb ben Amor.