El ganador de etapa, Bauke Mollema (Belkin), confesó en la meta que «no esperaba» que la de Burgos, donde se presumía una llegada masiva, fuese su «oportunidad» de conseguir una victoria. No obstante, el corredor holandés desveló que tras ver sus «opciones de ganar» esta Vuelta «frustradas rápidamente» en la primera semana, ha «sabido reponerse» pronto y se está «dedicando a buscar victorias de etapa». En ese sentido, adelantó que «no será extraño» verle «intentándolo de nuevo» antes del final de la carrera.

De todos modos, su principal «objetivo» para el final de curso es el Mundial de Florencia del próximo 29 de septiembre. «Una carrera que, tal y como está planteada, le viene muy bien al equipo de Holanda. Descansaré tras la Vuelta, que es la mejor manera de prepararlo», opinó.

En cuanto a su ataque, aseguró que empezó a planteárselo «a 25 kilómetros» de meta, viendo que «tres de los cuatro» Belkin que siguen en carrera lograron entrar en el grupo cabecero, pero que no fue «hasta el último kilómetro», al «ver a un NetApp preparándose para atacar», cuando se decidió a lanzar su bicicleta en busca del triunfo.

«Después he sufrido mucho en los últimos 500 metros y no he mirado atrás hasta los 50 últimos. He conseguido llegar y estoy muy contento por la victoria», relató Mollema.

Sobre la general, añadió que «todos en el pelotón» están «muy sorprendidos» de la gran carrera que está realizando Chris Horner, porque «es algo que no ha sucedido nunca» con un corredor de casi 42 años. Pero también destacó que «no corre mucho, pero cuando lo hace logra buenos resultados, aunque nos chocó a todos que cuando empezó la Vuelta ya dijese que iba a pelear por ganarla».

Por su parte, el líder Vincenzo Nibali (Astana) se congratuló de que su equipo respondiera tan bien en la cabeza del pelotón cuando se produjeron los abanicos. «Aquí el único día tranquilo ha sido ayer, el de descanso. La etapa ha sido tranquila al principio, pero se ha complicado en los últimos 30 kilómetros y por suerte el equipo ha podido controlar». Además, el italiano se felicitó por el hecho de que, superado el Alto del Castillo, el equipo hubiera podido «dar libertad a (Andriy) Grivko para que buscará la victoria».

Alejandro Valverde (Movistar), por último, dijo que no se metió en la lucha por la etapa porque «sabía que era imposible» ganar, ya que «había gente rápida en el grupo». En cuanto a la etapa, Valverde desveló que ya esperaba que fuese «complicada» por el viento.