Alfombra del PNV a la indecencia del PSE para dinamitar la Ponencia: ¿a quién toman por tonto?
El PSE se ha puesto gallo y cree que tras marcarse un tanto con el acuerdo con el PNV «al estilo Ardanza» está en condiciones de dar lecciones, de hacer de juez, jurado y ejecutor en el proceso de análisis sobre la «evolución» de EH Bildu y sobre las «condiciones mínimas» para la convivencia. Tras el aviso de un Patxi López que mira a las primarias de su partido y ambiciona el liderazgo del PSOE, José Antonio Pastor anunció ayer su negativa a participar en la Ponencia de Paz. El cálculo que subyace en esa decisión mira más a Madrid que aquí y tiene mucho de pose. Exigir a EH Bildu lo que no han hecho ellos, olvidar a los dirigentes del PSE como García Damborenea, Sancristóbal o Julen Elgorriaga que participaron hasta las cejas en el terrorismo de estado y, encima, presentarse públicamente con ese aire de «perdonavidas» traspasa todos los límites de la decencia.
No menos impresentable es la postura de su socio, el PNV. Suspende una Ponencia que no tuvo problema alguno en funcionar mientras la segunda fuerza política del país estaba ilegalizada. La tercera fuerza ahora pide pararla, y aunque dos tercios de la representación popular quieran seguir, alfombra jelkide al capricho del PSE.